El FBI, la famosa agencia de investigación estadounidense, está siguiendo los pasos de dos banqueros japoneses que hasta hace unas semanas eran dos individuos completamente anónimos en Wall Street: Hajime Sagawa y Akio Nakagawa.
Ambos hombres de negocios parecen encontrarse, según el diario The New York Times, en el epicentro de la polémica por el pago que la compañía japonesa Olympus hizo para ser asesorada en una operación que finalizó con la adquisición, en 2008, de la compañía británica Gyrus Group.
Dicho pago fue de 687 millones de dólares (unos 497 millones de euros). El concepto -es decir, el pago por asesoramiento- no es lo raro del asunto, pero sí la cantidad; 30 veces superior a lo que se suele pagar por una operación así.
Tampoco es muy normal lo que sucedió con el dinero una vez cobrado. Parte de él fue a parar a una diminuta empresa propiedad de Sagawa y Nakagawa. Otra parte fue a parar a una empresa afincada en el paraíso fiscal de las Islas Caimán vinculada a uno de los dos banqueros nipones. Ambas empresas cerraron una vez se completó el acuerdo entre Olympus y Cyrus Group y la cantidad de dinero estuvo abonada. Desde Tokio, los directivos de Olympus niegan tener conocimiento de ninguna investigación del FBI.
