Bankia ultima una nueva emisión de cédulas hipotecarias que dejará en su cartera para que sirva como colateral ante una posible solicitud de liquidez en la ventanilla del Banco Central Europeo (BCE).
Según publica Valenciaplaza, el banco que preside Rodrigo Rato planea emitir 2.000 millones de euros el próximo viernes en cédulas a un plazo de cinco años, y con vencimiento el 13 de enero de 2017. Según han señalado fuentes del mercado a EL BOLETÍN, esta emisión de cédulas hipotecarias permitiría al banco engrosar su reserva de liquidez para afrontar necesidades futuras, y poder apelar, cuando sea necesario, a la liquidez barata de la institución que preside Mario Draghi.
La ‘autocolocación’ de cédulas o bonos se ha convertido en una práctica no demasiado extraña, ante las dificultades de los mercados mayoristas, que permanecen cerrados. La banca se ve obligada a acudir a las subastas de liquidez del organismo de política monetaria como prácticamente la única alternativa para poder obtener financiación, pero a cambio de ella debe ofrecer a la institución europea activos como garantía o colateral.
Aunque desde la llegada de Mario Draghi el BCE ha abierto mucho la manga respecto al tipo de activos que acepta, las cédulas hipotecarias, considerados los más seguros, siguen siendo los favoritos de la banca.
Tal y como ya publicó este diario, el pasado noviembre Bankia ya lanzó una emisión de cédulas hipotecarias por importe de 3.000 millones de euros, que el grupo que preside Rodrigo Rato decidió dejar en su cartera para un posible uso como colateral.
El banco fruto de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco entidades de menor tamaño afirmó en la presentación de los resultados de los nueve primeros meses de 2011 que cuenta “con una cómoda posición de liquidez”, con una capacidad de emisión de deuda cercana a los 15.000 millones de euros y activos líquidos de 16.047 millones de euros.
Esta cantidad excede en casi 5.670 millones de euros los vencimientos de financiación mayorista de Bankia de los dos próximos años, según los datos de la entidad.
El banco que preside Rodrigo Rato cuenta con un rating de ‘A-‘, por parte de la calificadora Fitch. Moody’s le da una nota de ‘Baa2’, y S&P de ‘A-‘.
