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Un grupo de financieros suizos impulsa la creación de un franco de oro

Un grupo de financieros suizos, agrupados en torno a la Asociación del Franco de Oro (Gold Franc Association), pretenden crear una nueva moneda basada en este metal dentro del país alpino. El colectivo aspira a tener todos los papeles en orden para después del próximo verano. La divisa, de nacer, estaría vinculada a las mismas leyes del franco, aunque al mismo tiempo sería independiente y el Banco Nacional de Suiza (SNB) no tendría potestad alguna sobre la moneda.

Las ventajas son evidentes. De una parte, apostar por esta divisa supone quedar exento de otras normativas fiscales ajenas al pequeño país europeo, famoso por ofrecer una coyuntura muy atractiva a los inversores de todo el mundo. De la otra, la apreciación o depreciación de este franco de oro dependería del precio del propio metal y no del supervisor suizo, que ya ha dado muestras de intervencionismo al fijar, el pasado otoño, un suelo de 1,20 francos por cada euro.

«El SNB no tiene conexiones con la moneda ni tampoco asume ninguna función, lo que implica que no hay razones o motivos para que pueda afectar a su precio directamente», ha asegurado a EL BOLETÍN el presidente de la Asociación, Thomas Jacob. «Si la reduces a su esencia, esta propuesta busca simplificar y proteger legalmente de impuestos y otras injerencias el comercio del oro», explica Jacob. De hecho, uno de los objetivos de estos financieros suizos es hacer llegar esta divisa a la calle, primero en Suiza y luego en todo el mundo, pues hasta ahora el tráfico del metal precioso se realiza a través de lingotes que cuestan, al cambio actual, 1.309 euros por unidad.

Precisamente, este proyecto de divisa adoptaría varias formas: monedas de un gramo, de dos gramos, de cinco gramos y de diez gramos. La unidad más pequeña se podría comprar por unos 50 euros. Aunque en estos momentos también se estudia emitir monedas con 0,1 gramos de oro en su interior que costarían, al cambio, unos cinco euros.

Por lo tanto, acceder a ella no requiere una renta excesivamente alta como sí sucede con los lingotes. Este franco «incluye a todos, inversores profesionales e individuos, para poder comprar o vender diferentes cantidades de oro a un precio bajo», explican desde la Asociación, que se fundó oficialmente en Zurich en julio de 2011 para pelear legalmente por la aprobación de la iniciativa.

Además de facilitar el comercio del oro, lo que pretende el equipo de Jacob es crear también, con el tiempo, un modo de pago alternativo a los que existen actualmente en el sistema financiero, y con sede en Suiza. Un modo «atractivo, seguro y popular en todo el mundo» que además esté reconocido en los mercados y pueda canjearse por cualquier otra divisa en un momento dado.

¿En qué fase se encuentra el proceso? «Hay dos formas de que la Constitución suiza abrace este proyecto. Una es la vía parlamentaria, y la otra es la del referéndum», explica Jacob. De momento, apuesta por la primera: «La vía parlamentaria se inició hace un año y la propuesta ya se encuentra en el Parlamento, a la espera de que la comisión pertinente discuta sobre ella, lo que muy probablemente sucederá este verano». La vía del referéndum tampoco es descartable, dice, por si acaso.

Aunque desde la Asociación del Franco de Oro -Jacob matiza que la denominación «franco de oro» es útil para dar a conocer la iniciativa en el extranjero pero que en realidad es más apropiado referirse a ella como «divisa de moneda de oro»- no han profundizado sobre qué apoyos políticos tendría el proyecto a día de hoy, fuentes vinculadas al Partido Popular de Suiza (de carácter conservador) han reconocido estar examinando el asunto con interés. Esta formación política forma parte de la coalición gobernante, aunque ha perdido apoyo social durante el último año.

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