Economía

Unicaja, la eterna novia a la fuga en el baile de fusiones

Unicaja amenaza con hacer suya la teoría del eterno retorno de Nietzche tras haberse paralizado el proceso de fusión con Caja España-Duero, lo que dejaría a la entidad castellana al borde de la nacionalización. La caja que preside Braulio Medel ya negoció, antes de que fuesen intervenidas, con CCM y CajaSur.

Hace casi tres años, en marzo de 2009, Caja Castilla La Mancha (CCM) se convirtió en la primera gran entidad financiera intervenida desde la crisis de Banesto. La entidad que presidía Hernández Moltó se encontraba en plenas negociaciones con Unicaja, pero finalmente éstas quedaron en nada después de que la andaluza exigiera al Banco de España más avales para la operación.

Un año después, en mayo de 2010, se repitió la historia con CajaSur, aunque en este caso no fue Unicaja la que dio marcha atrás a última hora, sino que fue la entidad dependiente de la Iglesia, la que prefirió no aprobar un proyecto que iba a contar con 1.000 millones de ayudas del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).

Desde entonces, Unicaja apenas había acometido la absorción de la pequeña Caja Jaén, hasta que en septiembre del año pasado anunció un principio de acuerdo con Caja España-Duero. Sin embargo, desde entonces la operación ha ido enfriándose y ya comienzan a circular rumores sobre la posibilidad de que el proyecto no llegue a buen puerto.

Sería además el segundo gran fracaso dentro de la reordenación de las cajas de ahorros tras el fiasco de Banco Base, la operación que negociaron la CAM, hoy entregada en subasta al Banco Sabadell, con Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria, que finalmente se unieron en Liberbank.

Un caso similar podría ocurrir ahora. Por lo pronto, fuentes sindicales señalan a EL BOLETÍN que el proceso de fusión se encuentra “paralizado desde hace bastantes meses”, aunque los nuevos saneamientos exigidos por el Gobierno podrían resultar claves para dar al traste con la operación, ya que Unicaja se encuentra en una posición bastante mejor que Caja España-Duero y estaría dudando de si seguir adelante, al menos hasta que su socia no se haya saneado en solitario. Fuentes de Unicaja han declinado hacer comentarios al respecto.

Unicaja reconoció un impacto de 691 millones de euros, de los que 264 millones corresponden a capital adicional, y que será absorbido por el sobrante actual. Respecto a las provisiones (427 millones) si se descuenta las genéricas actuales y el impacto fiscal, los requerimientos se limitan a 109 millones.

Por su parte, Caja España-Duero señaló unas provisiones adicionales de 638 millones de euros, que deben sumarse a unos requerimientos adicionales de capital por importe de 502 millones de euros. La caja castellana señaló que cumpliría estos saneamientos “dentro del proyecto de integración” con Unicaja.

En principio, está previsto que el nuevo banco Caja España-Unicaja tenga quince consejeros, de los que diez pertenecen a Unicaja y cinco a Caja España-Duero. La fusión de ambas acabará constituyendo el tercer mayor banco español proveniente de una caja de ahorros, por detrás de La Caixa y Bankia. Caja España-Duero participará en un 30% de la nueva entidad y Unicaja en un 70%.

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