Economía

La CNMV recuerda a De Guindos que ya advirtió de los riesgos de las preferentes en 2005

El ministro de Economía, Luis de Guindos, culpó ayer a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de la crisis de las preferentes. Consultado por este portal, el regulador no ha querido entrar en confrontación, pero ha recordado que ya advirtió de los riesgos de estos productos financieros en 2005.

Hace siete años, en la primera publicación del supervisor mercantil sobre estos títulos ya se alertaba de que las participaciones preferentes no eran un producto de inversión tan sencillo y líquido como las entidades financieras que los emitían y colocaban pretendían. No obstante, la CNMV defiende que tan solo se han encontrado “defectos, no generalizados, sino puntuales”, en la colocación de estos títulos. En su informe de 2011, señaló de hecho que en más de un 70% de los casos investigados no se detectaron malas prácticas en la comercialización de preferentes.

Los portavoces de la CNMV no han querido hacer comentarios sobre las declaraciones del ministro De Guindos, que ayer tarde lamentó que el organismo “debería haber velado más por el inversor” de estas preferentes y haber vigilado con “más diligencias” su colocación. Sin embargo, apelan a una búsqueda rápida entre los documentos de su página web para constatar la labor realizada en este campo. En su documento más reciente al respecto, su informe del primer trimestre de 2012, se apela a los bancos a que canjeen estos polémicos títulos por otros “más líquidos y menos complejos”, para evitar su conversión en otros más complicados para el inversor inexperto o que sigan siendo “perpetuos o híbridos”.

En el mismo informe, que recoge las recomendaciones para nuevas emisiones que el supervisor se comprometió a incluir en su documentación el pasado mes de febrero, también se recuerda que el organismo presidido por Julio Segura está “velando” para que en los canjes exista siempre la “máxima transparencia”. Algo que se podría entender casi como una respuesta de antemano a los lamentos vertidos este martes por el ministro español de Economía.

La crisis de las preferentes

Miles de inversores se vieron atrapados, a raíz de la actual crisis económica y financiera, atrapados en las participaciones preferentes que, en muchos casos, habían contratado sin conocer bien sus condiciones de mercado ni sus riesgos. Hasta 22.000 millones de euros en este tipo de producto han llegado a estar en manos de inversores minoritarios que compraron estos títulos, en muchos casos y según los expertos, a los bancos en los que tradicionalmente tenían invertidos o depositados sus ahorros.

Hoy por hoy, la cifra es mucho menor gracias a las conversiones por acciones ordinarias que los bancos españoles han llevado a cabo en los últimos meses. Una conversión realizada no tanto por ayudar a sus inversores, sino por mejorar sus ratios de solvencia, ya que estas preferentes dejarán de contar como capital de máxima calidad con la entrada en vigor de las reglas de Basilea III.

Las participaciones preferentes son deuda a largo plazo, sin fecha predeterminada de vencimiento, cuya rentabilidad abona la entidad según sus resultados, por lo que la incursión en pérdidas supone la ausencia de pagos. Aunque su liquidez en el mercado secundario parecía asegurada según algunos gestores, la llegada de la crisis provocó un aluvión de órdenes de venta que no era capaz de fluir ante la falta de interés comprador que, en todo caso, acudía al mercado exigiendo un fuerte descuento sobre el capital inicialmente invertido en estas preferentes.

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