Economía

La CNMV defiende su papel en la crisis de Bankia y carga contra el Banco de España

El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Julio Segura, ha defendido a capa y espada el papel del supervisor a la hora de velar por los minoristas que acudieron a la salida a Bolsa de Bankia y a la colocación de preferentes de distintas entidades. En su opinión, si el regulador no ha cumplido con más holgura sus objetivos es por la escasa autonomía de que goza, “al contrario que el Banco de España”.

La gran parte del discurso de Segura en la que apunta a ser su última comparecencia ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados -ya que su mandato está a punto de vencer- se ha centrado en defender con uñas y dientes el papel del organismo que preside en estos dos aspectos. Dos puntos que también han centrado buena parte de las preguntas formuladas después por los miembros de la Comisión y que han obtenido una y otra vez las mismas respuestas.

Con respecto a la crisis y nacionalización de Bankia, el presidente de la CNMV ha señalado que, además de exigir para su debut el pertinente 25% de ‘free float’, el supervisor “requirió la concurrencia de un tramo institucional del 40%” para garantizar un precio ajustado. Un requisito que, según Segura, “ha permitido atemperar las pérdidas sufridas por los inversores” con el descenso sobrevenido tras la dimisión de Rodrigo Rato y su intervención.

Ya en relación a las críticas por no haber suspendido de cotización a la entidad hasta que ésta lo solicitó defiende que “no existió nunca información asimétrica” y porque una suspensión tan prolongada hubiera golpeado con fuerza por incertidumbre al resto de cotizadas del sector, incluso hubiera provocado una sangría de dinero depositado en la marca estrella de Banco Financiero y de Ahorros. También descartó la posibilidad de haber suspendido su normal negociación por retrasos en la presentación de los resultados del ejercicio 2011, porque en la misma situación se encontraban otras 30 compañías cotizadas del parqué madrileño y su suspensión, a juicio del presidente del organismo supervisor, hubiera sido inexplicable.

Igualmente, Julio Segura ha resaltado en su discurso anual que “la CNMV continuará velando por que estos inversores minoristas dispongan de toda la información necesaria para adoptar sus decisiones de inversión” en referencia a las colocaciones de participaciones preferentes. A la par, recordó que desde 2005 y, más intensamente desde que estalló la crisis financiera a partir de 2009, el organismo ha lanzado diversas advertencias sobre los riesgos de inversión en estos productos así como recomendaciones dirigidas a sus emisores para dotarlas de mayor liquidez, transparencia y guiar sus ofertas de canje.

Desde entonces, ha destacado Segura, se ha revisado al detalle un 70% de las emisiones producidas en los últimos tres años y en un tercio de ellas se han considerado indicios para plantear expedientes sancionadores por malas prácticas en su colocación. Dichas emisiones suponen un 43% del nominal total emitido en este periodo y aún queda un 25% por valorar, el correspondiente a las emisiones de bancos intervenidos por el Banco de España, cuya valoración y canje depende de las autoridades de la Unión Europea.

Julio Segura ha cerrado su discurso advirtiendo de que si la CNMV no ha logrado cumplir con más holgura sus objetivos es por la escasa autonomía de que goza, “al contrario del Banco de España”, ha apostillado. El presidente del supervisor de los mercados ha solicitado autonomía presupuestaria y de personal para poder atender a la creciente complejidad del mercado. “Así que espero sean menos exigentes con quien me suceda cuando no pueda presentar un grado de cumplimiento de compromisos […] semejante a los míos” ha vuelto a justificar Segura al término de su discurso.

En este contexto, ha destacado que aunque la autonomía política es real y efectiva, aunque debería tenerse más en consideración la opinión del presidente de la CNMV a la hora de nombrar a su segundo, los mandatos de su cúpula deberían ser de 6 años, como los del banco central, en lugar de cuatro. De esta manera, ha dicho Segura, se podría desarrollar mejor el plan de objetivos marcado por la directiva del supervisor de los mercados, “aunque los mandatos no fueran renovables”.

Sin embargo, la principal reclamación de la CNMV es poder gozar de una mayor autonomía a la hora de contratar personal. Mientras que el organismo presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez puede actuar con mayor libertad en este aspecto -si bien sus cuentas computan para el cálculo del déficit público-, la Comisión debe acudir a ofertas públicas de empleo que no puede convocar por los recortes presupuestarios que han llevado ya al despido de 10 de sus técnicos en 2011 y, seguramente, a otros 10 en este año.

Segura ha criticado que en un momento en que, por la complejidad que han adquirido los mercados de valores, los supervisores internacionales aumentan sus plantillas, en la CNMV se ha vuelto a un número de personal previo a la crisis donde los más cualificados pierden su puesto. Una situación que, a su juicio, debería ser totalmente distinta ya que la CNMV “se nutre de tasas que cobra a sus supervisados” y no de las arcas públicas, como sí ocurre en el Banco de España.

A pesar de todas estas críticas al modelo de funcionamiento interno del supervisor del mercado bursátil en agravio comparativo con el del sector bancario, Julio Segura ha rechazado valorar el papel del Banco de España y su gobernador en los últimos tiempos. Algo que, ha apuntado ya en rueda de prensa posterior a su comparecencia, le gustaría que el resto de supervisores del mercado hicieran con él una vez que ceda su cargo.

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