El culebrón del verano en el mercado de fichajes está siendo sin duda el ‘caso Modric’. Cuando todo parecía estar casi cerrado, la llegada del astro croata se retrasa una vez más. Si el representante del jugador hubiera sido Jorge Mendes, todo habría sido más fácil.
La relación entre el entrenador del Real Madrid, José Mourinho, y su compatriota y representante de futbolistas viene de lejos. A todos los clubes que ha entrenado el que quiere ser ahora conocido como ‘The only one’ han ido a parar jugadores de Mendes, algo que le ha reportado unos pingües beneficios en comisiones.
El Real Madrid se ha gastado más de 200 millones de euros en fichajes gestionados por el representante portugués y Mendes se ha embolsado unas comisiones de 20 millones.
Antes de llegar Mourinho (también representado por Mendes) al equipo madridista el representante ya había colocado ha Pepe por 30 millones y ha Cristiano Ronaldo por 95 millones. Desde que llego Mou, por el que se tuvo que pagar 8 millones al Inter, a la casa blanca se han sumado otros cuatro jugadores Carvalho (8 millones), Di María (25 millones más variables que podría hacer llegar la cantidad a 36), Coentrao (30 millones) y el último fichaje para la cantera Fabinho (1,5 millones)
Lo mismo, aunque en cantidades inferiores, ya había ocurrido en clubs dirigidos por el actual técnico de los merengues. Tanto en el Chelsea como en el Inter de Milán, la contratación de jugadores representados por Mendés fue recurrente.
Luka Modric cambió de representante en julio y al parecer no eligió del todo bien, despidió a Mario Mamic, hijo del presidente del Dínamo de Zagreb, para contratar a una terna de tres interlocutores más cercanos al todopoderoso dirigente del Chelsea, Roman Abramovich, que a Mou.
Pero aunque tarde un poco más, todo el mundo espera que Luka Modric acabe en la entidad blanca.
