Los grandes fabricantes de televisiones, como Toshiba, LG o Philips se han propuesto evitar que la esperada irrupción de Apple y Google en el sector tenga las mismas consecuencias que tuvo su llegada al ámbito de la telefonía móvil.
Un nicho de negocio en el que la potencia de los dos imperios multinacionales en litigio y su capacidad de introducir la red en los dipositivos inicialmente pensados sólo para voz tuvo como consecuencia el declive de las compañías que antes mandaban en las ventas.
De momento, los tres grandes de la industria de los receptores de la televisión van a lanzar un sistema operativo común que esperan tener listo antes de que se produzca la temida llegada de una competencia que planeaba comercializar este año los primeros prototipos.
