Mi jefe dice...

Lo importante es quién pone el dinero para ‘comprar’ los castillos en el aire

Al señor Enrique Bañuelos no ha debido de pintarle tan bien la cosa en Brasil como pensaba, después de abandonar España tras la explosión de la burbuja inmobiliaria que ha traído tanta cola (de aquellos polvos vienen estos lodos).

Al menos, como personalidad pública, no le ha ido demasiado bien, porque dice mi jefe que la prensa brasileña ha sido mucho menos clemente que la española a la hora de hablar de este funambulista del sector, acostumbrado a los golpes de efecto.

Eso sí, en lo tocante a los negocios parece haber encontrado su peculiar Dorado, o algo similar, ya que ahora vuelve a la patria con otra aventura de dudoso sentido común bajo el brazo. Digo yo que a llenar titulares y bolsillos, probando suerte con más de lo mismo con otro envoltorio.

Claro, que dice el señor que me paga el salario a fin de mes, que lo realmente preocupante y que nadie parece haberse preguntado es quién pone el dinero. Porque lo que son ideas, las tiene todo el mundo; ni es el primero ni será el último en vender castillos en el aire y parques temáticos en la costa (Dorada). Pero hace falta alguien dispuesto a ‘comprarlas’, es decir, un gobierno como el catalán.

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