El Ayuntamiento de Buñol está estudiando cobrar cinco euros a cada persona que quiera participar en ‘La Tomatina’ el próximo año. El Consistorio alega que de esta forma se mejoraría la seguridad, ya que el pueblo multiplica ese día (el último miércoles de agosto) por cinco sus 10.000 habitantes.
«No es una actitud recaudatoria, si lo hiciéramos para eso pondríamos una entrada mucho más cara», ha declarado a Reuters el concejal de Comunicación de Buñol, Rafael Pérez. «Pero también es importante obtener ingresos, es una de las fiestas más populares de España y no tenemos apoyo institucional», agregó.
Buñol, como muchos ayuntamientos de España, está teniendo que ajustar sus gastos en un contexto de recesión. Rafael Pérez aseguró que la Generalitat Valenciana, una de las que más dificultades económicas tienen y que ya ha pedido ayuda al Gobierno central, les debe tres millones de euros de un presupuesto municipal de 7,5 millones.
Turistas de Japón, Australia o India, participaron en la Tomatina del año pasado, lanzándose más de 100 toneladas de tomates maduros y tiñendo de rojo las calles del municipio. La fiesta comenzó casi por accidente en 1945, cuando un grupo de jóvenes no pudo participar en el desfile de gigantes y cabezudos y desató una protesta que acabó en una batalla campal, valiéndose de los tomates de un puesto de hortalizas como armas arrojadizas, explica Reuters.
