Más o menos...

La Calle

La sociedad madrileña, a través de colectivos como los médicos o los enseñantes, están constituyéndose en el elemento más importante de confrontación contra los recortes que impone el Gobierno central que son seguidos, con un gran entusiasmo, por los responsables de la Comunidad de Madrid.

En cambio, otras comunidades, más aguerridas en lo social, como Cataluña, ha visto sufrir un deterioro espectacular en la arquitectura de su sistema sanitario sin que haya habido apenas protestas en las calles contra unos ajustes que se iniciaron antes que en el resto de los territorios del Estado español y que se presentaron revestidos de una dureza pionera y ejemplar.

Quizá esa circunstancia se deba, sobre todo, a la habilidad de la clase política nacionalista de aquella región para reconducir la rabia hacia ese camino oportunista y mesiánico que dibujaron los cánticos independentistas en aquel territorio.

Pero, lo cierto es que en Madrid, los ciudadanos son cada vez más conscientes de que ‘sus’ políticos les han abandonado, cambiando la defensa de los intereses de sus votantes por la protección de los intereses del mundo financiero. El nacional y el internacional.

Semejante disparate, sin duda, terminará por pasarles factura. Ahora, esa factura la están pagando los ciudadanos, pero, en algún momento, cambiarán las tornas y éstos exigirán a sus representantes que rindan cuentas, por haber abandonado la tarea para la que fueron elegidos y haber abrazado con tanto entusiasmo los ‘trabajos’ impuestos por Berlín y Bruselas.

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