El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) inyectará capital en Ceiss, el banco de Caja España-Duero, según ha apuntado el propio ministro de Economía, Luis De Guindos. La intención del Banco de España, que pasará a controlar una participación mayoritaria en la entidad, sigue siendo la de fusionarla con Unicaja, proceso aplazado durante más de un año.
Caja España-Duero ya recibió 525 millones de euros de ayudas públicas a través de un préstamo otorgado por el FROB hace dos años, pero esta vez la fórmula elegida para el rescate será una inyección de capital propiamente dicha, según publica Efe, descartando la opción de recibir bonos contingentes convertibles.
El plan de reestructuración del banco de Caja España-Duero también supondrá la cesión de sus activos dañados al banco malo, y Bruselas podría exigir a cambio una reducción del tamaño y la plantilla, aunque se espera que la Comisión Europea sea menos estricta que en los casos de Bankia, Novagalicia, CatalunyaCaixa y Novagalicia, las entidades nacionalizadas hasta ahora. Además, la entidad no se verá obligada a cambiar a su equipo directivo.
Para que la inyección de fondos públicos a Caja España-Duero se concrete lo antes posible es necesaria una valoración independiente del grupo, que determinará exactamente el porcentaje del capital que quedará en manos del FROB, y que podría estar lista a principios del próximo año.
El test de estrés de Oliver Wyman detectó un déficit de capital de 2.063 millones de euros en un escenario adverso, si bien la fusión con Unicaja daría origen a una entidad con un superavit de 128 millones. Por eso, la intención del FROB es que el saneamiento de la entidad pase por cerrar la fusión con la andaluza, que lleva aplazado más de un año.
El acuerdo inicial alcanzado entre Unicaja y Caja España-Duero otorgaba un reparto de poderes del 70% para la malagueña y el 30% para la castellana, pero será reformulado y Unicaja pasará a controlar una participación aún mayor.
No obstante, según publica El Norte de Castilla, de no llevarse a cabo la fusión, otra de las opciones barajadas pasa por convertir a Caja España-Duero en un banco regional que limitaría su actividad a las comunidades autónomas de Castilla y León y Extremadura.
