Finanzas

El Papa Francisco ‘tropieza’ con el dinero oculto de la mafia italiana

La reforma del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco Vaticano es una de las tareas fundamentales que debe acometer Francisco, el nuevo Papa. Pero la tarea no es fácil.

La falta de anuncios al respecto, por parte del entorno del Papa Bergoglio, empieza a poner nerviosos a muchos de los implicados en el posible proceso de cambios que debe producirse en esta entidad financiera, a cuyos problemas y características se atribuyen buena parte de los motivos que provocaron la ‘dimisión’ de Benedicto XVI.

Pero, mientras sus planes para darle la vuelta por completo a la ‘Vieja Curia’ ya han sido ‘filtrados’ a los medios de comunicación de medio mundo, sobre los proyectos para el IOR no hay nada.

O casi. En los últimos días, dos cardenales a quienes se supone mucha cercanía con Francisco han hablado sobre el asunto. El primero en hacerlo fue el hondureño Oscar Rodríguez Madariaga, uno de los componentes del consejo de ocho sabios, que aconsejarán al Papa.

Madariaga admitió a ‘Vatican Insider’ que la reforma de la Curia prevista también provocará cambios en el IOR. Más o menos lo mismo que ha explicado Francesco Coccopalmerio, en este caso muy de primera mano porque es el autor del primer borrador de reforma de la Curia que estudian ahora Francisco y sus asesores.

Lo que parecen descartar casi todos los expertos que en estos días han aportado su visión sobre el tema en los blogs de Internet es que el Papa Bergoglio tenga intención de cerrar el IOR. Un rumor que corrió hace algunas semanas.

La explicación más común para justificar esta decisión es que la entidad cumple un papel fundamental en aspectos vitales para el funcionamiento de la Iglesia como, por ejemplo, la financiación de las iglesias de los países más pobres que, a diferencia de otras pasan habitualmente por situaciones de enormes dificultades económicas.

Pero estas mismas fuentes, apuestan por cambios profundos. Aunque pueden tardar en llegar. Desde el entorno del Sumo Pontífice se ha explicado también que Francisco quiere que las cuentas estén claras.

Y que va a estudiarlas con mucho cuidado antes de decidir si cesa a los actuales responsables o termina, para siempre, con el actual ‘secreto’ que ha estigmatizado a la entidad y convertido al Vaticano en un paraíso Fiscal, supuestamente utilizado por una o varias organizaciones mafiosas.

Francisco habría solicitado ya, según estas versiones, una información al detalle sobre la identidad de los tenedores de cuentas corrientes en la entidad. Incluidas las cifradas.

Este el verdadero enigma, porque hasta ahora, el Vaticano ha reivindicado siempre su derecho al secreto bancario para negarse a aportar esa información.

Las leyendas hasta sitúan en estas controversias una supuesta conspiración para asesinar a Juan Pablo I, después de que este quisiera esclarecer las titularidades de algunos fondos depositados en las entidades financieras vaticanas, cuando el responsable de todo el entramado era el cardenal Marcinkus, quien se habría opuesto.

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