Cultura

El mundo del teatro saca los colores a Ana Botella y Fernando Villalonga

Mario Gas, quien dirigiera el Teatro Español durante ocho años hasta la llegada de Ana Botella a la Alcaldía de Madrid, fue el gran triunfador de los Premios Max de las Artes Escénicas al obtener los seis galardones a los que optaba. Un claro mensaje del mundo del teatro a la alcaldesa que le despreció y a quien fuera hasta hace unos días delegado del área de Las Artes Fernando Villalonga.

Precisamente, Gas ha sido galardonado por el musical ‘Follies’, el último montaje que puso en marcha al frente del Español. Durante su discurso en la gala de entrega de los premios, que reconocen la labor de los profesionales y la calidad de las producciones más destacadas del año en el ámbito de las Artes Escénicas, Gas afirmó que “el teatro está para decir en qué se equivocan los que mandan o los que creen que nos mandan”. Objetivo cumplido, sin duda.

Mario Gas dejó la dirección del Teatro Español, de titularidad municipal, nada más llegar Ana Botella a la Alcaldía de Madrid, después de que Alberto Ruiz-Gallardón se incorporara al Gobierno de Mariano Rajoy. Su salida se produjo como consecuencia de la dimisión de Alicia Moreno como delegada de Las Artes, que se fue antes de que la echara Botella.

Moreno era una persona de confianza de Alberto Ruiz-Gallardón que, procedente del mundo del teatro, llegó a la gestión pública hace 12 años, primero como consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, desde 1999 hasta 2003, y después en el Consistorio de la capital, cargos en los que dio no pocos disgustos a Gallardón por sus discrepancias con el sector más conservador del Partido Popular.

Una de las actuaciones que levantó ampollas en el PP fue su participación en los actos y manifestaciones que se convocaron en 2003 contra la guerra de Irak. Además, y ya en el Ayuntamiento fue muy polémica la defensa que hizo en septiembre de 2006 del actor y director Pepe Rubianes, cuando éste decidió retirar del Teatro Español una obra debido a las amenazas que había recibido. Mario Gas también salió en defensa de la obra, como director del centro cultural.

Las amenazas a Rubianes tenían como origen unas declaraciones que el autor había realizado en la televisión catalana, durante una entrevista en la que el actor, ya fallecido, pronunció frases como «que se vayan a tomar por el culo estos españoles, ojalá les exploten los cojones y vayan al cielo sus cojones, se vaya a la mierda la puta España».

Moreno explico tras anunciar su salida del Ejecutivo municipal que “lo de ser independiente y mujer no mola porque ni los tuyos te apoyan. No se fía de ti nadie si no estás afiliado”. Y aclaró que se marchaba porque “es lo que tenía que hacer, mi mundo no es el de la política ni tengo ninguna aspiración política, más bien al contrario. He venido de la mano de una persona y creo que lo lógico y lo correcto es que salga con él. Es lo que tengo que hacer”, afirmó entonces.

Villalonga entra en escena

Fernando Villalonga sustituyó a Moreno como delegada municipal de Las Artes. Su nombramiento no gustó en el mundo de la cultura, dado que su carrera profesional no había estado ligada a este sector. Lo suyo era, principalmente, la diplomacia. Fue secretario de Estado de Cooperación en el Gobierno de José María Aznar y, antes de aterrizar en la política municipal madrileña, cónsul general en Nueva York.

Para más inri, Botella, con la complicidad de Villalonga, eligieron a Natalio Grueso para coordinar los teatros de la capital. Esta elección aún trae cola, ya que Grueso ha sido imputado junto a su esposa y colaboradora del Centro Oscar Niemeyer, Judit Pereiro, y un técnico de la agencia de viajes de El Corte Inglés, José María Vigil, por un delito societario por supuestas “irregularidades” en la gestión del Centro Niemeyer.

Las amistades de Grueso en el mundo de la cultura y sus amplios contactos, entre los que también se encuentra Woody Allen, fueron los principales motivos para que le fichara Botella. Curiosamente fue Francisco Álvarez Cascos, buen amigo de la familia Aznar, quien cesó a Grueso como gerente del Niemeyer.

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