El caso Blesa

La izquierda madrileña trata de desmarcarse del ‘caso Blesa’

Ni 24 horas ha tardado la izquierda madrileña para poner tierra de por medio con Miguel Blesa y desligarse de las decisiones de Caja Madrid bajo su mandato. Con el expresidente de la entidad en la cárcel, dirigentes del PSOE o UGT han salido a escena a negar cualquier relación en los ‘negocios’ Blesa. Otros, como José Antonio Moral Santín, exconsejero Bankia en representación de IU, ha dado la espantada en un acto en la Complutense.

“Yo intenté sacar a Blesa de Caja Madrid en 2003 con una mayoría progresista para combatir la burbuja inmobiliaria”, aseguraba en su perfil de Twitter el exsecretario general del PSOE madrileño, Rafael Simancas, que lamentaba los “pocos apoyos” que tuvo para este objetivo.

Unas palabras con las que el actual diputado socialista en el Congreso se desmarcaba de cualquier vínculo con Blesa por sus presuntas irregularidades en la compra en 2008 del City National Bank of Florida. Y es que, desde las filas del PSOE se quiere incidir en que esta situación tiene unos ‘culpables’. Y ellos no son.

Más allá del PP autonómico liderado por Esperanza Aguirre y de la ‘mano’ de José María Aznar, el exconcejal del Ayuntamiento de la capital Alejandro Inurrieta, que abandonó las filas socialistas por discrepancias con Tomás Gómez, señala a IU y UGT.

En un artículo en ‘El Mono Político, Inurrieta asegura que los sucesos que se están conociendo, y que han llevado a Blesa a estar entre rejas, tiene su origen en 1996. “Ese año se produjo el asalto a la presidencia de Caja Madrid por parte del PP, que acababa de llegar a la Moncloa”, recuerda el exconcejal que destaca que el inspector de Haciendo llegó a la Presidencia de la caja gracias a que los populares contaron con “el apoyo de dos aliados providenciales: Izquierda Unida de Madrid, que lideraba Ángel Pérez, y la sección de Banca de CCOO, encabezada por Marisa Paredes”.

“Dicha alianza”, destaca Inurrieta, “facilitó la sustitución de un brillante presidente, Jaime Terceiro, a la sazón catedrático de Economía de la Universidad Complutense, por Miguel Blesa, que apenas tenía formación en la materia y cuyo principal mérito era ser amigo del entonces presidente del Gobierno, José María Aznar”. Asimismo, lanza un dardo a los que fueran sus compañeros en el PSOE por su “tibia abstención”.

Este intento por desmarcarse del ‘caso Blesa’ también ha centrado las declaraciones del secretario general de UGT de Madrid, José Ricardo Martínez, a este respecto. El líder sindical, preguntado al respecto, ha recordado que la Unión General de Trabajadores no estaba en el Consejo de Administración de Caja Madrid cuando compró el City National Bank of Florida.

“La UGT no estaba en el Consejo de Administración, la UGT se incorpora al Consejo de Administración de Caja Madrid en el año 2010”, ha destacado Martínez, según Europa Press. Asimismo, ha explicado que las estructuras de este tipo de cajas son “muy complejas”, ya que, por ejemplo, Caja Madrid, cuenta con una Comisión de Control, Comisión de Propuestas, Comisión Ejecutiva, Comité de Dirección, Consejo de Administración y Asamblea General, y que “las decisiones llegan al Consejo de Administración y vuelven a la Asamblea General, que es la que ratifica la toma de decisiones cuando aprueba la gestión”.

Frente a estas declaraciones, otros representantes de la izquierda madrileña han decidido desligarse de la polémica por el encarcelamiento de Blesa de una manera muy peculiar. Este es el caso de José Antonio Moral Santín, profesor de la Complutense y exconsejero de Bankia en representación de IU.

Moral Santín, según recoge Elconfidencial.com, iba a participar ayer en la Facultad de Ciencias Políticas en el coloquio ‘Caso Bankia: crisis bancaria y responsabilidades políticas’, pero, a raíz de las noticias sobre la entrada a prisión de Blesa, el representante de IU en la entidad decidió no aparecer por este acto.

Y es que, Moral Santín siempre ha estado rodeada de polémica. Llegó al consejo de Caja Madrid en 1995 y no lo ha dejado hasta que José Ignacio Goirigolzarri sustituyó a Rodrigo Rato en mayo de 2012. El jugoso sueldo que ha cobrado en todos estos años, de casi 300.000 euros anuales, y su defensa de la gestión de Rato han provocado que nadie quiera escuchar su nombre en IU.

Ni la dirección federal liderada por Cayo Lara ni la cúpula de la coalición en la región han dado la cara por Moral Santín cada vez que su figura ha estado en el ojo del huracán.

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