La ‘lideresa’ del PP madrileño, Esperanza Aguirre, y su delfín y actual presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, están cada vez más distanciandos. O eso parece.
Sus posiciones sobre las elecciones primarias como fórmula para elegir a los líderes y los candidatos de los partidos han provocado, por el momento, el último punto de fricción entre ambos.
Mientras Aguirre ha apoyado abiertamente el sistema, González asegura que es un ‘invento de los socialistas y Zapatero’ para descalificar el sistema, mientras recuerda que en el ‘PP se celebran congresos’.
Las últimas encuestas, que prevén una debacle del PP en Madrid, pueden haber acentuado aún más las divisiones. González, quien por otra parte no tiene asegurada la candidatura, necesita más que nunca el apoyo de Génova para consolidarse como líder.
Más aún, cuando Aguirre suele ‘ningunearle’ en público. Como sucedió no hace mucho en una curiosa peripecia verbal entre ambos a cuenta de un presunto viaje a Madrid de Sheldon Adelson, el promotor de Eurovegas, que finalmente no se produjo.
En esta ocasión, el alumno venció a la maestra. Aguirre aseguraba que Adelson iba a venir, mientras González insistía en que no había nada de eso. Finalmente, no vino.
De modo que las tensiones siguen, o eso aseguran algunos conspiradores no siempre bien informado, a pesar de que Aguirre se sumara a la foto en que cinco sonrientes rivales arroparon al presidente madrileño en el acto público que protagonizó ayer.
Allí estaba él, con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes y, por supuesto, Esperanza Aguirre.
En teoría, las cinco mujeres y el hombre que van a jugarse próximamente el futuro de un partido cuyas perspectivas de futuro, no son demasiado halagüeñas. O eso parece ahora.
