Muerto Ray Manzarek podemos dar por concluida la década dorada de los genios roqueros, a excepción de Mick Jagger que se ha congelado en el tiempo. A partir de ahora cualquiera puede ir a Eurovisión que es ese patio hortera y gritón dónde la gente vota a mala leche después de reírse un rato de las pintas de los vecinos. Nosotros lo hemos intentado con “El Sueño de Morfeo” pero tampoco, en realidad llevamos desde que Franco estaba vivo intentando ganar el puñetero concurso, la última vez fue con Salomé y el dictador pudo disfrutar del triunfo desde la tele instalada en El Pardo.
Una solución podría pasar por convencer a Bárcenas para que nos representara, a fin de cuentas él conoce bien Europa y tiene querencia hacia las montañas nevadas, por lo tanto engloba lo mejor de nosotros y de los eurofrikis. Bárcenas ha puesto esta semana en marcha a sus coros y de la Audiencia Nacional vemos salir a mandatarios del PP que aparecían en la lista aquella que él negó, pero que al final va a ser tan verdad como la luz del día. Gracias a las anotaciones de Bárcenas estamos escuchando al coro emitir sus culpas con un sentido tono de quejío flamenco. Si en la puerta de la Audiencia Nacional ponen un cajón y una guitarra se entenderían mejor las declaraciones de Matas, pongamos por caso.
Bárcenas tiene aspecto de bolerista antiguo, la imagen hay que cuidarla mucho en Eurovisión. No íbamos a encontrar a un candidato mejor, ni tan bien relacionado. Bárcenas se lleva a Agag, Correa y al Bigotes y montan un escándalo que acabaría con décadas de sequía de triunfos. La pobre Raquel del Rosario no ha tenido la culpa, en realidad Eurovisión es una máquina de picar carne. Bárcenas es la única persona capaz de darnos una alegría, se le vería como una prolongación del “Chiki-Chiki”. Por supuesto no hablamos de calidad musical como la que tenían los “Doors” de Manzarek pero nos daría una felicidad transitoria que aliviaría la presión de los mercados.
Si preguntan los hombres de negro quiénes son esos que salen tan apurados de la Audiencia Nacional hay que responderles que son participantes en las pruebas de canto para el coro de Luis Bárcenas. “La duda ofende” que diría Ana Botella.
