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Los créditos ICO, posible ‘salida’ para Bankia

Es difícil, pero quizá haya una posibilidad de que Bankia encuentre una salida que le permita escapar del túnel en el que discurre su complicada situación actual. Sin embargo, para que resulte viable ponerla en práctica sería necesario que previamente todos entendamos que esta entidad de crédito ha sido nacionalizada y ahora su titularidad es pública, puesto que su principal accionista es el Estado.

Y, sobre todo, tendrían que comprenderlo, por supuesto, Cristóbal Montoro y Luis de Guindos, los responsables de Hacienda y Economía, respectivamente. Los hombres que están al frente de los dos ministerios que tienen poder con la entidad y también, desde luego, los actuales gestores de la compañía resultante de aquella desafortunada fusión de cajas que se articuló en torno a Caja Madrid y Bancaja.

Una vez realizado este ‘descubrimiento’, al que más de uno parece negarse, quizá pudiera darse el siguiente paso. Si se tiene en cuenta que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) también es una institución pública, bastaría con aplicar el sentido común, dejar que se impusiera la lógica y empezar a distribuir los préstamos que concede este organismo a través de la red de oficinas de Bankia. Y también de las de Novagalicia y Catalunya Banc, los otros dos bancos que han tenido que ser rescatados con el dinero de todos los contribuyentes.

Así, además, quizá estas tres compañías en severos apuros, podrían volver a convertirse de algún modo en el referente comercial de las operaciones relacionadas con el crédito público y aspirar a recuperar clientes e incluso atraer algunos nuevos con los que paliar la sangría provocada en sus cuotas de mercado por la desastrosa gestión de sus responsables. Un despropósito que incluye la decisión de colocar entre su depositantes productos envenenados como las ‘preferentes’ o, en el caso de Bankia, acciones de dudoso futuro cuyo valor se ha desplomado en tiempo récord.

Este esquema tendría también la virtud de servir para resolver otro problema que afecta a la distribución del crédito necesaria para impulsar la recuperación económica. Utilizar las redes de los bancos comerciales para distribuir la financiación del ICO no ha sido una decisión acertada. O no del todo. Lo cierto es que, en muchos casos, las compañías privadas, tras cobrar la comisión correspondiente, entregan estos préstamos a sus clientes más dudosos. Una fórmula que les permite transferir el riesgo que estos posibles focos de morosidad futura suponían para sus balances a una institución pública.

De modo que, como hemos dicho antes, Bankia, y también Novagalicia y Catalunya Banc, quizá pudieran tener una esperanza de encontrar el camino de una eventual viabilidad futura, pero quizá no les llegué la oportunidad por culpa de todos esos ‘locos’ que llevan unos cuantos quinquenios explicando a quien quiere oírles lo bueno que es lo ‘privado’ y lo ‘malo’ que es lo público.

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