El tertuliano y cantante de rock Ramoncín tiene la solución para la crisis institucional creada por las declaraciones de Bárcenas ante el juez Ruz: que Rajoy dimita y Soraya Saénz de Santamaría se convierta en presidenta.
Ramoncín realizó estas declaraciones en el programa de Intereconomía ‘Queremos opinar’ y, además, expuso sus argumentos para hacer tal recomendación. El artista cree que la vicepresidenta es la opción ideal porque es «joven, inteligente y no sale en los papeles de Bárcenas».
Después, según las recomendaciones del autor de ‘Hormigón, mujeres y alcohol’, Soraya debería convocar unas elecciones anticipadas para permitir a los ciudadanos que expresaran su opinión en las urnas.
En realidad, el tertuliano no es la primera persona que insinúa en los últimos días, que Saénz de Santamaría podría ser la única opción de futuro con la que cuenta el PP para afrontar el futuro. Suceda lo que suceda con la crisis actual.
Hace un par de días, por ejemplo, el blogero de Yahoo y colaborador de ‘La Vanguardia’ Asier Martiarena consiguió un éxito viral en las redes sociales con su ‘post’ Soraya calienta la banda tras los sms de Rajoy a Bárcenas en el que planteaba la posibilidad de que si, tal y como pedía entonces Rubalcaba, el propio PP debía buscarle un sustituto a Rajoy, la opción más lógica era la vicepresidenta.
Pero, tal vex, no sea necesario. Al menos si Rajoy no consiguió ayer convencer a los corresponsales de la prensa internacional que fueron citados en Moncloa para un ‘briefing’, según publica ‘Libertad Digital’. Al parecer, en el entorno del presidente cunde la preocupación por los comentarios que proliferan en los grandes medios mundiales, donde se da por hecho que las acusaciones de Bárcenas son ciertas y no ha calado el argumentario del presidente para evitar su comparecencia.
Aunque quizá la clave este ahora en la actitud de los barones. De puertas para adentro, y ante la brutal caída de las expectativas electorales en todas las localizaciones, quizá los líderes regionales del PP, acaben por exigir que Rajoy comparezca. O incluso que dimita, según algunos comentaristas especialmente osados.
