Mariano Rajoy no quiere ni oír hablar de Luis Bárcenas ni de sus ‘papeles’. Y así lo escenifica cada vez que puede. Hoy mismo, en un desayuno informativo en el Hotel Ritz en Madrid junto al presidente de Baleares, el popular José Ramón Bauzá, el líder del PP se ha marchado del acto momentos antes de que comenzara el turno de preguntas de los periodistas allí presentes.
En su primer acto público después de que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunciara que presentará una moción de censura si Rajoy no comparece por el ‘caso Bárcenas’, el presidente del Gobierno ha callado sobre este tema. Tal es así que el líder popular no se ha quedado ni a ver terminar este desayuno y se ha marchado momentos antes de las preguntas de los medios de comunicación.
Rajoy se ha limitado a deshacerse en elogios hacia la figura del presidente de Baleares sobre el que ha asegurado que “ha dejado de ser una joven promesa. Ya es una brillante realidad de la política”. Asimismo, ha apoyado “los esfuerzos frente a la crisis” que este dirigente popular está llevando a cabo.
“El Gobierno apoya todos los esfuerzos que está haciendo, con inteligencia y valor, de quien sabe que las decisiones más necesarias son muchas veces las más difíciles de tomar”, ha remarcado, sobre las reformas y recortes llevados a cabo por el dirigente balear.
Asimismo, se ha limitado a señalar que “las decisiones más necesarias son muchas veces las más difíciles de tomar”. Eso sí, nada de Bárcenas ni sobre si comparecerá o no en el Congreso, tal y como reclaman los partidos de la oposición.
A este acto no ha faltado una amplia representación de Moncloa con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros Ana Pastor, Ana Mato, Miguel Arias Cañete y Pedro Morenés. Asimismo, han estado en el acto organizado por Nueva Economía Fórum en el madrileño Hotel Ritz Jesús Posada, Ignacio González, Esperanza Aguirre, Ana Botella, Javier Arenas y Esteban González Pons.
Tras el silencio escenificado junto a Bauzá todas las miradas están puestas a la rueda de prensa que está convocada en Moncloa minutos después de las 15 horas junto al primer ministro rumano, Víctor Ponta. Y es que, a pesar de los intentos de Rajoy de evitar a los medios, como se ha podido presenciar en el Ritz, al presidente del Gobierno no le queda más remedio que comparecer obligado por las normas que rigen este tipo de encuentros internacionales.
La semana pasada ya se vio forzado a dar la cara en Moncloa durante la visita del presidente de Polonia. Precisamente, esta comparecencia estuvo rodeada de polémica por la controversia que se desató en el turno de preguntas cuando el jefe del Ejecutivo le concedió la palabra a un redactor del ABC cuando los periodistas habían pactado que fuera otro compañero el que lanzara una cuestión al líder popular.
