Fue al ‘reality’ por problemas de dinero, para pagar a Hacienda, mantener a sus hijos y sus dos casas. Pero ya quiere irse, sólo tres días después de haber llegado.
De hecho, fue nominada en la primera tanda, pero se salvó porque los espectadores el enseñaron la puerta de salida a Carmen Bazán. Quizá por eso, ahora se niega a que las cámaras sigan sus pasos y asegura haber hablado con la dirección, haber roto el contrato y estar con un pie en la puerta.
Al parecer las bromas de sus compañeros, algunas de alto contenido sexual, y las incomodidades no van con ella. De hecho, ha abandonado la cabaña, aunque lo prohíben las reglas, porque no podía soportar los ronquidos de otro concursante.
La escritora está convencida de que ella no tiene nada que ver con el resto de los concursantes, ocho personajes que están en su contra y “venderían a su madre por ganar”. Y también de que en el exterior hay más de un millón de personas que apoyan su trabajo y 200.000 que compran sus libros.
