Joaquim Pais Jorge era hasta esta mañana el secretario del Tesoro portugués. Y digo hasta esta mañana porque ha sido precisamente entonces cuando ha decidido anunciar públicamente que dejaba su cargo apenas un mes después de llegar a él. El motivo de la dimisión parece ser una cierta vinculación con aquellos contratos swaps que el sector privado le colocó al anterior Gobierno luso hace años, y que han generado pérdidas multimillonarias en varias empresas públicas del lugar.
Aunque esa vinculación no está del todo demostrada, que Pais Jorge ha asegurado que hubo un documento falseado en el proceso y que cree que sus declaraciones han sido “explotadas y distorsionadas”, el caso es que ha dimitido. Y esa es precisamente la pregunta que le hemos lanzado a mi jefe: ¿nos han vuelto a dar una lección de ética nuestros vecinos?
Al tipo no le ha gustado mucho, a decir verdad. La pregunta, digo. No sabemos si porque esa pregunta vuelve a traer a su memoria el esperpento con el que tenemos que convivir diariamente o porque nos repetimos en algo, el caso es que mi jefe nos ha despechado con un escueto: «Y qué queréis que os diga, pues claro que en este país tendría que empezar a dimitir gente». Obviamente, supongo.
