¿Se imaginan escuchar a su artista favorito en un concierto exclusivo en el salón de su casa? Tal vez no sea imposible. Las actuaciones de pequeño formato proliferan entre unos artistas que cada vez tienen más dificultades para afrontar el presupuesto de presentarse en sociedad con una gran banda. Y no se trata sólo de los tradicionales ‘bolos acústicos’ en locales de tamaño medio.
Muchos artistas han aprovechado las circunstancias para renovarse buscando el máximo contacto con el público. Un buen ejemplo ha sido la grabación del último DVD en directo de Pedro Guerra, con el que el cantautor canario quería celebrar sus 30 años de profesión.
Para hacerlo, con la ayuda de amigos como Luis Eduardo Aute, Ismael Serrano, Luis Ramiro, Jorge Drexler o Santiago Auserón, Guerra se encerró una semana en Libertad 8, el mítico café madrileño de cantautores que le ayudó a llegar a la fama.
También, el antiguo componente de Pereza, Rubén Pozo, lleva tiempo empeñado en estos conciertos acústicos. Lo último suyo es una gira gratuita para el público por los ‘pubs’ que la cadena Irish Rover tiene en Madrid y que se realiza con el nombre de ‘Conciertos para muy pocos’.
Otro que apuesta por la intimidad y la cercanía con sus fans es Javier Ruibal. El cantautor gaditano, que presentará la próxima semana en Madrid su nuevo disco «Quedate conmigo» en la sala Galileo Galilei, ha llevado más lejos que nadie el asunto.
Ruibal se ‘ofrece’ para dar conciertos en los salones de las casas particulares de sus fans que cumplan unas características mínimas de aforo y sonoridad. Algo parecido a lo que iniciaron hace un par de años los grupos ‘indies’.
