Movimientos sociales

Decenas de miles de personas reciben en Madrid a las Marchas de la Dignidad para exigir la dimisión del Gobierno

Manifestantes en la Plaza de Colón - Foto: José Velasco

La manifestación concluye con una violencia inusitada entre grupos de radicales y policía. Hay más de un centenar de heridos, 67 de ellos policías, y una treintena de detenidos. La manifestación concluye con una violencia inusitada entre grupos de radicales y policía. Hay más de un centenar de heridos, 67 de ellos policías, y una treintena de detenidos.

Estos hechos se sucedieron después de que el sindicalista andaluz Diego Cañamero realizase la última intervención en el acto de clausura de la manifestación celebrada en Madrid para recibir a las Marchas de la Dignidad.

Cañamero, visiblemente emocionado y con la voz rota, se dirigió a los manifestantes que llenaban por completo la madrileña plaza de Colón, sólo la vanguardia de las decenas de miles de personas que se han reunido en la capital de España para exigir un cambio de Gobierno.

Ante cerca de dos millones de personas, según las cifras manejadas por la organización, Cañamero ha reclamado la constitución de un frente popular pacífico que devuelva la ‘democracia’ al pueblo y arrincone a la derecha. Un objetivo, cuyo primer paso se habría dado hoy ante la demostración de unión ciudadana de todos los pueblos del Estado español del que hemos sido testigos.

Para Cañamero, el actual Ejecutivo de Mariano Rajoy está constituido por «los hijos de aquellos franquistas que dejaron a nuestros familiares en las cunetas», y hay que obligarles a marcharse para poder devolver la democracia, el trabajo y la dignidad al pueblo.

No obstante, el dirigente andaluz también se mostró muy crítico con esa parte de la izquierda que se ha quedado en el camino porque «tiene los bolsillos llenos de plomo», y aseguró que la movilización de hoy, un éxito en su opinión, sólo era el principio de las que vendrán, en un movimiento que se ha producido de abajo a arriba, y que se propone seguir en la lucha hasta «la victoria final».

Antes de su intervención, habían hablado los representantes de las distintas columnas que se pusieron en marcha desde varios puntos de España para converger en Madrid en esta multitudinaria protesta.

Con distintos matices, todos ellos repitieron los lemas de este movimiento, forjado por un buen número de organizaciones sociales de todo el Estado español, que exige como puntos fundamentales de su ideario pan, trabajo y techo, para todos los ciudadanos.

Cataluña

Las representantes de Cataluña y Euskadi durante su alocución hicieron hincapié en que viven en la misma situación que el resto de los pueblos de España y culpabilizaron a los actuales gobiernos de ambas regiones de «imponer» las mismas políticas de recortes, dictadas por la «troika» que Rajoy lleva a cabo en el resto del país.

En concreto la oradora catalana, fue especialmente dura tanto con CiU como con ERC y reivindicó el derecho a decidir para «todos y todas las ciudadanos y ciudadanas del Estado español», a quienes se castiga y empobrece con políticas de corte neoliberal.

También hubo un completo recordatorio para las luchas de todas las ‘mareas ciudadanas’ que se han «currado este acto» desde la base y una calurosa ovación para un grupo de representantes de los trabajadores de Panrico, que llevan cinco meses de huelga indefinida, lo que convierte a este paro, en el más largo registrado hasta ahora en la historia de la democracia española.

La apertura del acto de clausura fue realizada por el actor Willy Toledo y la periodista Olga Rodríguez que leyeron un manifiesto que incluía las principales reivindicaciones de la movilización. Entre ellas, suspender el pago de la deuda, terminar con los recortes, no aceptar más gobiernos impuestos por la ‘troika’.

Entre los asistentes a la concentración pudieron verse algunos rostros populares como el actor Juan Diego Botto que acudió al acto acompañado por su hija pequeña. También el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo.

El broche final corrió a cargo del cantaor flamenco Manuel Gerena, que cantó un par de letras reivindicativas a ritmo de martinete y de la Orquesta Solfónica del 15M que, reforzada por varios coros populares, interpretó una adaptación del Himno a la Alegría de Beethoven, el ‘Canto a la Libertad’ de Labordeta y el coro de los esclavos de la Opera Nabucco de Verdi, que vuelve a ser un himno contestatario, en este caso de los movimientos sociales que se enfrenta a la ‘troika’.

La movilización se inició a las cinco de la tarde en Atocha, donde dos horas antes se habían reunido los participantes de las distintas Marchas por la Dignidad, sólo 20 minutos después del comienzo ya estaba prácticamente abarrotado el espacio de 2,5 kilómetros entre esa plaza y la de Colón en el que estaba prevista su celebración.

La manifestación contó con un «servicio de respeto» nutrido especialmente por los bomberos madrileños, con el apoyo de colegas de otras autonomías, y transcurrió de forma pacífica y sin incidente alguno, hasta sus últimos compases, cuando se produjeron disturbios y cargas policiales en la Calle Génova y también un intento de instalar un campamento en el Paseo de Recoletos.

El resultado del enfrentamiento entre la policía y algunos manifestantes violentos empañó un tanto el final de la protesta. Se practicaron 24 detenciones y se registraron 101 heridos, según los últimos datos oficiales. De ellos, 67 eran policías y 34 componentes de estos grupos incontrolados que habrían protagonizado distintos actos de vandalismo, según la versión de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.

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