Los resultados en las elecciones del 25 de mayo serán claves para el futuro del secretario general de los socialistas. Elena Valenciano y, en concreto, el PSOE no son los únicos que se juegan algo en las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo. Alfredo Pérez Rubalcaba, también. Esta cita en las urnas será clave en el futuro del actual secretario general de los socialistas.
Si el partido sufre un descalabro electoral en estos comicios, ya hay dirigentes que aventuran que el líder de la oposición dará un paso atrás y convocará un Congreso extraordinario en el que diría adiós. Un escenario que aprovecharía la terna de socialistas que en los últimos meses han insinuado con la posibilidad de presentar una candidatura a las primarias. Nombres de la talla de Carme Chacón, Patxi López, Eduardo Madina o Pedro Sánchez.
Y es que, según han reconocido fuentes del PSOE, una debacle en las europeas podría ser la puntilla para Rubalcaba tras la dura derrota que cosechó en las pasadas generales. Si a estos dos fiascos en las urnas sumamos que ya tiene una edad, ronda los 63 años, hay quién ya le aconseja que ceda el testigo a las nuevas generaciones.
No todos en las filas del Partido Socialista comparten esta tesis. Desde su entorno hay quién afirma que de lograr un buen resultado en los comicios al Parlamento Europeo (victoria o derrota por la mínima), Rubalcaba podría continuar como si nada en el poder hasta finales de año, momento en el que se deben celebrar unas primarias abiertas. Las urnas habrían hablado y el líder del principal partido de la oposición se vería avalado por los ciudadanos.
Esta situación gana peso por momentos si tenemos en cuenta los sondeos que manejan la dirección federal del PSOE que pronostican un empate técnico entre Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete.
Tal es la igualdad entre PSOE y PP que la balanza se podría decantar por un puñado de votos, por lo que destacados cargos socialistas reconocen que el ganador de estas elecciones lo será por únicamente un escaño. Una derrota que empieza a no preocupar entre algunos dirigentes, ya que no olvidan el fiasco de las generales.
