Ignacio González presume de que la Comunidad de Madrid dispondrá de una herramienta de “última generación” para proteger el “entorno natural” de los incendios forestales. La Comunidad de Madrid incorpora al sistema de lucha contra incendios forestales un simulador que proporciona información sobre el futuro comportamiento de un incendio, un programa que tiene una capacidad de predicción de hasta 36 horas.
Según informa el Gobierno madrileño en un comunicado “el Wild Fire Analyst (WFA), nombre técnico del simulador, a partir de datos como la velocidad del viento o la humedad, ofrece una imagen real de lo que puede ser la evolución del incendio en las próximas horas, permitiendo a los profesionales anticiparse y tomar las medidas necesarias para contener las llamas.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, acompañado del consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno, Salvador Victoria, ha asistido hoy en Santa María de la Alameda, a una demostración del funcionamiento de este nuevo simulador de incendios forestales del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, donde explicó González explicó que esta nueva herramienta se incorpora al dispositivo contra incendios de la Comunidad de Madrid que está integrado por tecnología de última generación y que sirven como apoyo al proceso de toma de decisiones en un incendio.
“Se trata de una herramienta que permite conocer de antemano el comportamiento que va a tener un fuego, la posible superficie afectada y las características de la propagación como la intensidad, longitud de la llama o la velocidad en las distintas zonas. Ultima tecnología al servicio de la máxima protección de nuestro entorno natural”, explicó González que recordó que puede utilizarse desde cualquier punto que la jefatura de los bomberos considere óptimo, ya sea en la sede del Centro de Coordinación Operativa (CECOP), o desde la unidad de puesto avanzado (PMA) que se desplaza hasta el lugar en intervenciones de gran magnitud.
Con el simulador también se pueden identificar rápidamente las zonas donde se encuentran los puntos críticos del incendio, optimizando las maniobras de ataque y minimizando la superficie afectada a la vez que se refuerza la seguridad de la intervención. Además, facilita el tiempo que tardaría un hipotético incendio en alcanzar una zona sensible como sería una zona urbanizada o zonas medioambientales de gran valor.
Asimismo es una herramienta útil para las labores de prevención ya que indica qué zonas son más efectivas para las líneas cortafuegos, los lugares donde la limpieza de vegetación es más necesaria y el riesgo de incendio en una franja horaria concreta.
El desarrollo integral de este programa y su adaptación a las características propias de la Comunidad de Madrid se sufragó mediante un convenio con la Obra Social “la Caixa”.
