Grecia

Chivatos fiscales

Amas de casa, estudiantes y otros sectores van a ser instruidos para que cuando sospechen de que alguien está escaqueándose de pagar sus impuestos lo denuncien. El nuevo Gobierno griego, que ya no sabe qué hacer para salir del atolladero que se ha encontrado en las cuentas públicas y las promesas incumplibles que le proporcionaron el poder, acaba de tener una brillante idea. Brillante entre comillas, si se me permite. Entre sus proyectos, en su esfuerzo sublime por sanear la Hacienda pública y, de paso hacer creer en Bruselas que quiere cooperar con la troika, está acabar con el fraude fiscal que, según parece en Grecia bate récords, está la creación de patrullas ciudadanas de chivatos fiscales.

Se ve o se deduce que los líderes de Syriza no confían en el trabajo y el rigor de los inspectores y pretenden confiar el empeño de la vigilancia y la denuncia a los ciudadanos de a pie. Amas de casa, estudiantes y otros sectores sociales van a ser encargados e instruidos para que cuando sospechen de que alguien, un pariente, un vecino, un enemigo, está escaqueándose de pagar sus impuestos, lo denuncien. Colaborar con la Administración está bien, pero estimular el chivateo no parece, desde luego, una iniciativa muy digna de gobernantes democráticos; suena a justicia popular y tendrá sus riesgos.

Ignoro si va a ser eficaz a la hora de recaudar pero sí parece bastante seguro que contribuirá a crear un ambiente de sospechas generalizadas, de actitudes de alejamiento entre las personas y de más de una acción de venganza cuando trascienda quien fue el denunciante. Si Syriza quiere que los griegos convivan en buena armonía, parece más lógico que fomenten que la Justicia la impartan los jueces, la investigación corra a cargo de la policía y la vigilancia de las obligaciones fiscales que sean los inspectores del ramo, y no aficionados a ver la paja en el ojo ajeno, quienes la asuman.

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