Cultura

Las subscripciones, base del futuro negocio de los contenidos digitales, según Forrester

Hay salida para los negocios que la Red ha dejado obsoletos como la prensa de papel, la venta de cd´s, o las salas de cine. Y está en las subscripciones. O eso piensan los expertos de la consultora especializada Forrester.

En uno de sus últimos informes, realizado por James L. Mc Quivey, desde Forrester se hace hincapié en que, al menos en EEUU, los consumidores de cultura y ocio hace bastante tiempo que han demostrado que están dispuestos a pagar por su disfrute. En total unos 81 dólares por mes.

Lo que sucede es que hay una pequeña diferencia con respecto a la forma en que se acercaban a estos objetos en las décadas anteriores. Ya no se paga por poseer, se paga por ‘alquilar’ el contenido del que va a disfrutarse en un momento concreto.

Los expertos de Forrester señalan como antecedente de esta renovada fórmula de consumo, la asistencia a salas de cine, los conciertos en directo, o el teatro y, más recientemente, los videoclubs de los ochenta y la televisión de pago.

Ese sería el formato que habría acabado imponiéndose frente a la adquisición que, sobre todo en el caso de los cd´s y dvd´s, llegó a resultar tan rentable para la industria cultural global en otros tiempos.

Por lo tanto, lo que se lleva es el alquiler, eso sí, con el acompañamiento de una tarifa por subscripción que permita un disfrute temporal acordado entre el proveedor y el cliente de los bienes que entran en la operación.

De hecho, sobre todo por el empuje de la televisión de pago, el consumidor de cultura ya gasta un 63% del dinero en esos alquileres, a la vez que los proveedores ya reciben un 64% de lo que ingresan por medio de sistemas de subscripción.

Aunque también es cierto que, de momento, sólo el 5% de la factura total se corresponde con dinero empleado en la adquisición o el alquiler de contenidos digitales quizá, en opinión de Forrester, por la falta de implementación de un sistema de pago virtual reconocible.

En cualquier caso, según las cifras de Forrester, en la actualidad el 65% de la factura cultural y de ocio en EEUU se lo llevan los contenidos relacionados con el video y la televisión (incluidas las retransmisiones deportivas), un 12% los productos impresos como periódicos y revistas, un 9% los libros, un 7% la música, un 6% los videojuegos y un 1% el porno.

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