El ‘glamour’ ha desembarcado esta semana en la ciudad de Cannes con la 66ª edición del festival cinematográfico que cada año acoge la localidad. Sin embargo, la elegancia que desprenden las estrellas que estos días recorren la urbe francesa se ha visto empañada por la sombra que desde hace unos días oscurece sobre Cannes: la prostitución.
Todo comenzó la semana pasada, cuando ‘The Hollywood Reporter’ se hacía eco de la historia de un antiguo habitual del festival, el empresario libanés Elie Nahas, condenado desde 2007 por organizar un círculo de prostitución con 50 mujeres de varias nacionalidades y entre cuyos clientes un hijo de Gadaffi. Nahas, que no puede salir de su país por la condena, es el punto de partida de un reportaje que desgrana la prostitución en la ciudad cuando se acerca el certamen de cine.
Cada año, cuando se acercan las fechas del Festival, muchas prostitutas de lujo que cobran unos 4.000 dólares por noche se congregan en Cannes dispuestas a recibir “la mejor paga del año”. Alguna de las chicas comenta que pueden recibir “unos 40.000 dólares por noche” de clientes árabes que van por Cannes. Esto “lleva pasando 60 años”, ha asegurado Nahas.
