Macroeconomía

Jaime Caruana advierte que algunas empresas compran sus propias acciones en lugar de invertir en fábricas

Sede del Banco Internacional de Pagos (BIS)

El presidente del Banco Internacional de Pagos pide en una entrevista a los bancos centrales que comiencen a retirar sus medidas de estímulo para terminar con la ‘barra libre’ de dinero fácil. En el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) se muestran preocupados por el clima de “excesiva euforia financiera” que reina actualmente en los mercados y advierten contra la misma instando a los bancos centrales a distanciarse cada vez más –y gradualmente- de las políticas de estímulo.

Así lo ha expresado en una entrevista concedida al diario El País el actual director general del organismo, el valenciano Jaime Caruana, que también ha sido gobernador del Banco de España entre los años 2000 y 2006 (precisamente, cuando la economía patria experimentó el ‘boom’ más significativo de las últimas décadas).

Caruana ha asegurado que “los bancos centrales deben prestar más atención a los riesgos de normalizar la política monetaria demasiado tarde, o demasiado despacio, tras un largo periodo de intereses extraordinariamente bajos” y ha mostrado su temor ante “la sensación de que los mercados están descontando únicamente escenarios bastante positivos y quizá leyendo en las palabras de los bancos centrales más de lo que estos quieren decir”. “Eso nos preocupa. Hay más asunción de riesgo, pero no en inversión productiva”, ha subrayado.

Y ha puesto algunos ejemplos al citar a empresas estadounidenses que se dedican a comprar sus propias acciones para así revalorizar su precio bursátil, en lugar de invertir en fábricas o en una expansión real del negocio.

Preguntado por el estado de la banca española –que este lunes Moody’s ha vuelto a calificar con recelo al advertir que los problemas en el sistema bancario español persisten-, Caruana ha dicho que hay que ser cautelosos, puesto que aunque se han descontado ya los peores escenarios, en los nuevos test de estrés del Banco Central Europeo (BCE) todavía podrían surgir sorpresas desagradables.

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