En las últimas semanas, los medios de comunicación se han hecho eco de las presiones de Sacyr para que Repsol no recorte el dividendo, para que venda activos no estratégicos o incluso, para pedir la destitución del actual presidente de la petrolera, Antonio Brufau, y el silencio de la constructora no ha hecho más que avivar estas especulaciones.
De hecho hoy, el presidente de Sacyr Vallehermoso interrumpió una conferencia con analistas (con motivo de la presentación de resultados del grupo) para subrayar que «Sacyr no ha comentado jamás nada de los consejos de administración de las sociedades en las que participa», en referencia a Repsol. «Hacerlo sería un delito», ha añadido.
Este fin de semana, Brufau hizo en Río de Janeiro (Brasil) una encendida defensa del actual plan estratégico 2008-2012. Pese a que la presentación parecía en principio destinada a explicar los avances de la compañía en Brasil, Brufau se centró en detallar como el grupo petrolero está cumpliendo estrictamente el plan, que “aprobó por unanimidad el consejo de administración”, antes de que se desencadenaran las supuestas tensiones actuales.
La pasada semana, el diario ‘Expansión’ publicó que Sacyr, con el 20% de Repsol, y La Caixa, con el 14%, habían pedido a Brufau que vendiera activos o acelerara la venta de otros, como YPF, para rentabilizar Repsol, que además debería adecuar algunas inversiones (dando entrada a nuevos socios, por ejemplo) para poderlas digerir. Días antes, también se conoció que Sacyr había pedido que, como mínimo, Repsol mantuviera el dividendo con cargo a 2008 (1,05 euros por título) en lugar de bajarlo un 20%, como propone Brufau, para ajustarlo a los resultados, que están sufriendo un duro revés, con caídas del 55% en los nueve primeros meses.
