Cajasur, la entidad controlada por la Iglesia Católica, vuelve a tensar el pulso con la Junta de Andalucía y el Banco de España. Pese a que el antiguo Monte de Piedad del Señor Medina podría estar próximo a la quiebra, pone trabas a su fusión con Unicaja, alegando “inadmisibles costes sociales” en el plan de negocio para la integración.
Aunque la fusión con otra entidad es la única opción viable de Cajasur, ahogada por su vinculación al sector inmobiliario, su consejo de administración rechazó ayer el plan de negocio elaborado por una consultora externa, Boston Consulting Group, que habría de aplicarse en su proceso de fusión con Unicaja.
La entidad controlada por la Iglesia considera “inadmisibles los costes sociales que tendría”, pues supondría “el despido de casi 1.000” de sus empleados. Sin embargo, Unicaja ya ha advertido mediante un comunicado que “el planteamiento recogido en el informe es el único consistente para hacer viable la entidad resultante”. Por ello, considera que es la “única alternativa realista y rigurosa para el buen fin del proyecto”.
La marcha atrás de Cajasur ha cogido a contrapié a la consejera de Economía y Hacienda, de viaje en Madrid para participar en la Comisión General de las Comunidades Autónomas. Carmen Martínez Aguayo, no obstante ha apelado desde la capital a la “responsabilidad” de Unicaja y Cajasur para la buena marcha del proceso de fusión entre ambas entidades. “Están en juego los intereses de los impositores, de los trabajadores, de muchas personas de Córdoba”, ha recordado, lo que “obliga a todos” a “poner lo mejor de nosotros mismos para obtener una solución”.
Fuentes próximas a la Consejería de Economía de la Junta han quitado hierro y credibilidad a la amenaza de marcha atrás de Cajasur, y han señalado a EL BOLETÍN que el proceso de fusión no se ha interrumpido del todo, sino que “aún está en el seno de los consejos de administración de ambas cajas”. No obstante, han reconocido que “la fusión está en el aire”, por el momento. El Banco de España opta por el momento por mantener silencio. Algunos expertos políticos recuerdan que desde el principio, la Iglesia se ha opuesto a esta fusión, que eliminaría su poder en la entidad resultante.
No es la primera vez que Cajasur amenaza con romper el acuerdo de fusión con Unicaja. A mediados del pasado mes, el Cabildo Catedralicio de Córdoba, que controla Cajasur, amenazó con “descartar cualquier fusión” si se dejaban en el aire “las adecuadas garantías relativas a la defensa del empleo y la obra social”, entre otras. Otro punto caliente se produce porque los canónigos disfrutaban del privilegio de mandatos perpetuos y de una edad de jubilación a los 75 años, prerrogativa que podría llegar a su fin en caso de llevarse a cabo la fusión.
