Economía

Las cajas se resisten a acudir al nuevo fondo de ayudas públicas

Las cajas de ahorros intentan evitar a toda costa tener que acudir al nuevo Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que impondrá no sólo una nacionalización parcial de las entidades rescatadas, sino una profunda reestructuración que incluirá un drástico recorte de los consejos de administración. Hasta ahora éstos no habían hecho más que engordar a pesar de la reestructuración en la que se ha visto inmerso el sector. Si se contabilizan las 17 cajas que sobreviven de las 45 que había hace algo más de un año, existen actualmente 320 consejeros en sus órganos de gobierno.

Según el decreto aprobado el pasado viernes por el Gobierno, las cajas que recurran a las ayudas públicas no podrán tener más de 15 consejeros, de los que, además, al menos un tercio deberán ser independientes. Actualmente, ninguna de las 17 entidades que permanecen en pie tras la reordenación del sector iniciada el año pasado cumple estos requisitos. Como muestra, el Banco Financiero y de Ahorros (BFA), el SIP que lidera Caja Madrid, presenta nada menos que 22 consejeros, de los que tan sólo dos son independientes.

No obstante, la ley sólo obligaría a reducir el número de consejeros en el banco del SIP, por lo que los consejos de administración de las cajas fundadoras podrían mantenerse intactos. En el caso del BFA, que ya ha anunciado su intención de salir a Bolsa, suma 120 miembros en los respectivos órganos de gobierno.

Una de las intenciones del Gobierno con el nuevo texto es que se reduzca la dependencia política de las cajas, algo que ha criticado también Standard & Poor’s. La agencia de calificación considera que algunas de las integraciones “no son el resultado de la mejor combinación posible”, sino de intereses políticos. Para S&P, algunos de las cajas más débiles se han unido entre sí, en vez de buscar un socio más fuerte.

Precisamente, las cajas que se presupone que tendrán más dificultades para alcanzar los nuevos requisitos de capital son las que más han engordado sus consejos de administración. Es el caso de la fusión Caja Duero-Caja España, que suma 34 consejeros. La entidad castellano leonesa presenta un core capital del 8,01%, con lo que le faltaría un 2% para poder mantener su independencia como caja de ahorros. En otra comunidad gobernada por el PP, Galicia, Novacaixagalicia tampoco cumple las exigencias del Gobierno, con un total de 19 consejeros y un core capital apenas por encima del 6%.

De hecho, tan pronto como conoció el nuevo decreto, la caja gallega envió el viernes, antes de que se publicase el texto en el BOE, una carta solicitando ayudas adicionales al antiguo FROB. Estos fondos públicos, a diferencia de los que se desembolsen a partir de ahora, consistían en participaciones preferentes, lo que evitaba la nacionalización. Sin embargo, finalmente el Banco de España le cerró esta vía a la caja gallega, lo que ha desatado las protestas del presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, que ve una discriminación respecto a la catalana Catalunya Caixa, que sí ha podido acceder a estas ayudas. Con el presidente de la Xunta se ha alineado el PP, que intenta que se modifique el FROB para que la entidad gallega evite la nacionalización.

Lo cierto es que a pesar de las quejas de los populares por el trato a favor de Cataluña, los dos procesos catalanes de fusiones entre cajas de tamaño medio, Unnim y Catalunya Caixa, cuentan con muchas cartas para ser intervenidos por el FROB. Unnim, con un core capital del 7%, tiene 24 consejeros, aunque ya había previsto rebajar esta cifra hasta 16 en dos años. Por su parte, Catalunya Caixa, con un ratio de solvencia del 6,5%, tiene 18 consejeros.

La división entre los ‘barones’ por la ley de cajas se traslada al PP del Congreso
La división que existe entre los populares de Madrid y de Galicia que se ha evidenciado en los últimos días sobre el decreto de las cajas impulsado por el Gobierno se ha trasladado al PP del Congreso. Dos responsables de la dirección del grupo parlamentario, en declaraciones a EL BOLETIN, han discrepado sobre cuál será el voto del partido sobre esta ley cuando la misma llegue a la Cámara el 10 de marzo.

En quince días el presidente del PP, Mariano Rajoy, se verá obligado a acabar con su habitual ambigüedad sobre las propuestas del Gobierno y tendrá que aclarar la posición que va a mantener su partido ante el decreto de reestructuración de las cajas que fija un año para que salgan a Bolsa. Dos semanas en las que los populares tendrán que limar sus actuales discrepancias, ya que hoy mismo, dos de los más destacados diputados del PP, han mostrado a este diario su desacuerdo sobre su posición ante esta ley.

“El decreto no nos gusta”, ha recalcado un parlamentario popular que basaba esta afirmación en que, “entre otras cosas, no se ha negociado con nosotros, sino que nos viene impuesto”. Dejando de lado esto, el diputado ha asegurado que el voto del partido sobre el decreto no puede ser afirmativo, “ya que sería un balón de oxígeno para el Gobierno”, pero tampoco negativo. “No podemos oponernos a una ley sobre las cajas de ahorros que luego nos tocará a nosotros desarrollar desde el Gobierno”, señaló en referencia a una posible victoria electoral en los comicios generales del año que viene. Por todo esto, los responsables económicos de la bancada popular trabajan con la abstención como alternativa.

Un sentido del voto que choca con lo expresado por otros dirigentes cercanos a la dirección del grupo parlamentario que reniegan de la abstención. “O si o no, no nos quedaremos en medio” ha recalcado a este diario un diputado que no ha especificado el motivo de barajar ambas opciones.

Estas discrepancias delatan las ‘dos almas’ que tiene el PP en el Congreso y la ausencia de un criterio común en su labor de oposición que, en este caso, tendrán que resolver en las próximas semanas.

PNV
Mientras los populares están en este debate interno sobre qué hacer, el PNV ha puesto ya ‘precio’ a su respaldo. Los nacionalistas vascos que lidera Josu Erkoreka ven “bien orientadas” las líneas básicas del decreto pero mantiene en el aire el sentido de su voto el 10 de marzo en el Congreso hasta analizar si esta norma favorece la integración de las cajas vascas.

Montoro y Salgado
Hoy mismo, el coordinador económico del PP, Cristóbal Montoro, se ha reunido con la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, para intercambiarse opiniones sobre el decreto de las cajas.

Izquierda Unida se desentiende de su ‘hombre’ en Caja Madrid.
IU de Madrid no quiere ni oir el nombre del consejero que la coalición propuso para representarles en Caja Madrid: José Antonio Moral Santín. Ni los responsables económicos de IU en el Ayuntamiento de la capital ni desde la dirección autonómica de la formación se quiere hablar del consejero que, en 2007, propuso y aprobó desde su puesto en la dirección de la Comisión de Retribuciones de la entidad la implantación de un sistema de ‘bonus’ para los directivos bajo la presidencia de Miguel Blesa. Un ‘beneficio’ que desató la polémica hace unos días.

“Llama a IU en la Comunidad”, han pedido desde el consistorio a EL BOLETIN. “Este asunto a Caja Madrid directamente que para eso pertenece a su consejo”, replican desde la dirección regional de la coalición que no ‘recuerdan’ que fue IU quién propuso a Moral Santín para trasladar a Caja Madrid las preocupaciones de la formación. Al cierre de esta edición, este medio estaba a la espera ponerse en contacto con el mencionado consejero.

Moral Santín entró en 1995 en el consejo de administración de la entidad de ahorros. Más de 15 años en los órganos de dirección de Caja Madrid gracias a su ‘amistad’ con el anterior presidente, Miguel Blesa. El consejero se ha caracterizado por cerrar filas en torno al ex mandatario de la caja hasta tal punto que, en varias ocasiones, fue llamado al orden por la dirección de IU. Unas críticas procedentes de la dirección de la coalición que no hacía peligrar el futuro de Moral Santín, ya que su apoyo a Blesa le aseguraba un sillón en los órganos de la entidad. El ex presidente de Caja Madrid también encontró en este consejero uno de sus principales pilares ante los ataques que los afines a Esperanza Aguirre hacían para derrocarle de la Presidencia.

Una unión, la de Blesa y Moral Santín, que este último rompió el pasado verano cuando el acoso al máximo mandatario de la entidad era tal que el representante de IU decidió cambiar de bando. Desde ese momento, según señalan fuentes de la entidad, aplaudió en todo lo momento las decisiones de la presidenta de la Comunidad, como la de relevar a Blesa por Rodrigo Rato, para, una vez más, asegurarse su futuro.

Ahora, será uno de los consejeros del Banco Financiero de Ahorros y cobrará un sueldo fijo, así como las pertinentes dietas que todos los consejeros cobran por acudir a las reuniones del consejo. Precisamente, sobre su nómina, Moral Santín cobró 141.920 euros en 2010 por su labor en la caja.

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