El nuevo decreto del Gobierno ha aumentado el interés de varias entidades por hacerse con Unnim, en pleno proceso de subasta. Entre las favoritas gana posiciones Bankia, que podría prorrogar de este modo el plazo para realizar los nuevos saneamientos del ladrillo.
El texto obliga a las entidades a realizar saneamientos adicionales por el ladrillo, pero al mismo tiempo prolonga el plazo a dos años para aquellas que se encuentren en un proceso de fusión, una escapada que muchas ven ahora con buenos ojos, más aún si se ofrece un atractivo esquema de protección de activos (EPA), similar al que obtuvo el Sabadell para hacerse por la CAM.
El proceso de subasta más adelantado es el de Unnim, surgida de la fusión de Caixa Sabadell, Terrassa y Manlleu. La entidad catalana, con apenas 30.000 millones de euros en activos, tendrá comprador en apenas un mes, y entre los dos favoritos que había hasta el momento para hacerse con ella, Banco Popular e Ibercaja, surge ahora con fuerza la posibilidad de que sea Bankia la que finalmente se lleve el gato al agua.
El banco que preside Rodrigo Rato, uno de los que más provisiones tiene que realizar para cumplir con el decreto del Gobierno, podría encontrar en Unnim una puerta trasera para aliviar el impacto de esta normativa.
El ministro De Guindos aclaró la semana pasada que no pondrá ningún impedimento para que entidades con ayudas pujen por aquellas que han sido intervenidas, lo que algunos observadores consideraron un guiño a Bankia, que recibió más de 4.500 millones de euros de ayudas del FROB.
Tras la venta de Unnim, se realizará la de Banco de Valencia, cuyo principal accionista es precisamente Banco Financiero y de Ahorros (BFA), la matriz de Bankia, que lo dejó caer. En el caso de la entidad regional valenciana, los rumores apuntan a un posible interés de Banco Mare Nostrum (BMN), el grupo surgido de la fusión de Sa Nostra, Caja Granada, Caixa Penedès y Caja Murcia, aunque también se ha hablado del británico HSBC, del Popular y de BBVA.
