La industria automovilística no está pasando por su mejor momento en España. El descenso del consumo en los hogares y las empresas, debido a la crisis económica, ha supuesto que el mes pasado las matriculaciones de los turismos cayesen un 2,1%.
Estos datos (que suponen 64.732 coches matriculados en el segundo mes del año) no hacen más que estrechar el cerco en torno al parque automovilístico que, según los expertos, contará en 2014 con un parque envejecido, donde uno de cada dos coches tendrá diez años de antigüedad.
Desde Ganvam creen que la situación del mercado automovilístico es “preocupante”, ya que los coches antiguos contaminan más y son más peligrosos. Según representantes de la asociación de automóviles, en el mercado deberían venderse al año 1.300.000 de coches, no los 800.000 del año pasado. Además, para el presente año esperan que caiga aún más, lo que supondría una reducción del 50% en las ventas desde comienzos de la crisis, cuando se vendían alrededor de 1.600.000 unidades al año.
Para mejorar la situación del parque automovilístico español, desde Ganvam piden un nuevo plan de achatarramiento que incluye ayudas económicas para comprar un nuevo vehículo, algo parecido al Plan E (mediante el que se daban hasta 2.000 euros por un coche antiguo) pues en ocasiones, los clientes necesitan “un incentivo psicológico para terminar de decidirse y comprar un coche nuevo”.
Aunque parece que los concesionarios están haciendo algo para que el mercado automovilístico despegue de nuevo. Según Ganvam, actualmente es “el mejor momento para comprarse un coche” pues se existen promociones, en algunos casos de un 10%, sobre el precio que marcaban los automóviles en 2011. Estos descuentos, de media suponen ahorros de 3.000 euros, aunque en casos concretos estos pueden llegar hasta los 5.000.
Otra medida que podría animar al mercado, según la asociación de vendedores de vehículos, es la emisión de los turismos que se comercializaron el año pasado y que bajó un 4%. Esto supone un menor desembolso por parte de los usuarios respecto al impuesto de matriculación. En retrospectiva, el coche actual consume un 20% menos que uno de 1995.
