Economía

Air France y Lufthansa empiezan a ver la luz en medio de la crisis de las aerolíneas de bandera

La crisis económica, los altos precios del combustible y la presión de las compañías ‘low cost’ han golpeado a las antiguas aerolíneas de bandera en toda Europa. Esta industria se ha visto obligada a abordar duros planes de ajuste y de reorganización para dejar atrás las pérdidas y recuperar la rentabilidad. Algunas parecen haber comenzado a enderezar la situación, como Air France-KLM y Lufthansa. A otras, aún les queda un largo y espinoso camino por recorrer.

La aerolínea alemana está embarcada en un plan de supresión de 3.500 puestos de trabajo sobre una plantilla total de 115.000 empleados en todo el mundo. Lufthansa arrancó el ejercicio con pérdidas de 381 millones debido a los altos costes de explotación, pero por el momento ha conseguido invertir la situación. Así, a pesar de los días perdidos por la huelga de los tripulantes de cabina, el beneficio neto de la compañía en su último trimestre se disparó un 30%, hasta los 642 millones de euros, gracias al control de costes y a las ganancias de sus segmentos del sector servicios. La cifra de negocio subió un 6,1%, hasta los 8.310 millones.

Mientras tanto, el grupo franco-holandés anunció en junio la supresión de 5.120 puestos de trabajo sobre una plantilla total de 49.301 empleados hasta finales de 2013, una cifra que espera alcanzar sin la necesidad de despidos. Es decir, que lo llevará a cabo a través de «salidas naturales» con la no sustitución de quienes se vayan jubilando para alcanzar el 40% del objetivo, y con bajas incentivadas con el resto del personal afectado.

Air France-KLM adoptó esta decisión, junto con otras como las congelaciones salariales, tras los decepcionantes resultados cosechados hasta la fecha y la meta es recortar costes en 1.000 millones de euros. Al igual que a la alemana, a la compañía francesa le ha ido bien por ahora. El beneficio neto del último trimestre se situó en 306 millones de euros, por encima de lo que preveía el mercado, y casi 22 veces más que el año pasado.

Sin embargo, el sector está convencido de que para continuar por esta senda, los ajustes tendrán que continuar. Lufthansa ha advertido de que tendrá que reducir aún más sus costes para poder hacer frente a la renovación de su flota de aviones de pasajeros sin tener que asumir una excesiva deuda. La compañía alemana comprará 168 aviones, que se le irán entregando hasta 2018, por un precio de 17.000 millones.

Entre otras medidas, Lufthansa reducirá costes agrupando sus operaciones de mantenimiento de aeronaves en todo el mundo en una organización internacional. También centralizará las compras de toda la empresa. Con decisiones de este tipo, espera ahorrar unos 500 millones de euros.

Otras aerolíneas europeas también están recortando costes. SAS Group, la mayor aerolínea nórdica, planea vender activos por unos 450 millones de dólares y 300 recortes de empleos para recortar los gastos en un 5%. La compañía no ha publicado un beneficio anual desde 2007.

Sin embargo, donde más revueltas andas las aguas es en el grupo IAG, el matrimonio de British Airways e Iberia, que ya está apunto de cumplir dos años. Mientras BA obtuvo un beneficio operativo de 286 millones de euros en el último trimestre, Iberia arrojó unas pérdidas de 263 millones, lo que llevó al holding a registrar unos números rojos de 39 millones respecto a los 365 millones obtenidos un año antes. Así que la decisión que tomó el grupo ha sido el despido de 4.500 empleados de Iberia, casi la cuarta parte de la plantilla, el recorte de un 15% de los vuelos deficitarios y una disminución de la flota en 25 aviones. Y esto para empezar.

Los despidos en Iberia se suman también a los anunciados por la propia British Airways en 2009, cuando la compañía británica decidió prescindir de 4.900 trabajadores (un 12% de su plantilla).

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