Economía

Liberbank aprovecha la incertidumbre laboral para subir la presión sobre sus empleados

La salida a Bolsa de Liberbank deberá concretarse antes del 30 de junio, y la entidad tiene en ‘stand by’ las negociaciones con los sindicatos para el ajuste laboral necesario a cambio de la ayuda de Bruselas. Por ello, no es extraño que dentro de la plantilla comiencen a aflorar las primeras tensiones.

Según critica Csica en una circular reciente, algunos jefes de zona, “aprovechando la marejada reinante y su pasajero poder, parecen disfrutar incrementado aún más la presión sobre sus subordinados directos”. El sindicato señala que éstos intentan forzar a sus subalternos “a alcanzar unos objetivos que el ‘iluminado’ por sí mismo en su vida ha logrado, vetando vacaciones al personal o permisos suficientemente justificados, ‘sugiriendo’ expresa y descaradamente (y en esta ocasión hasta por escrito) que para el trabajo ‘deben utilizarse las 24 horas del día’, y que ‘hay que trabajar mañana y tarde’ e incluso trabajar los fines de semana, por supuesto sin cobrar y sin ningún otro tipo de contraprestación”.

A juicio del sindicato estas actitudes y comportamientos “consiguen clarificar perfectamente” porqué Liberbank, que aspiró en su momento a encontrarse entre “los primeros de la clase” se tiene que conformar, finalmente, a estar situada “entre los últimos de la clase”.

Esta circular se publica en un momento en que Liberbank ha dejado en suspenso la reunión pendiente con los sindicatos. Cuando en diciembre la dirección y los sindicatos celebraron la última reunión sobre el ajuste laboral, todo parecía indicar que después de Reyes se retomarían los contactos. Sin embargo, entrados en marzo, los representantes de los trabajadores aún no tienen noticias de la entidad y se espera que la situación siga igual al menos hasta que se solucione la salida a Bolsa.

Tras el divorcio con Ibercaja, Liberbank presentó a los sindicatos un ‘Plan de Viabilidad’ para ahorrar costes y minimizar las ayudas públicas. En concreto, el proyecto perseguía la suspensión de contratos laborales durante un plazo máximo de un año que podría afectar al 60% de la plantilla de forma rotatoria (el 20% anual a lo largo de los tres próximos ejercicios), reordenación de las pagas extras y la reducción del salario bruto anual en el 7%, la suspensión de la aportación a los planes de pensiones de los trabajadores durante los próximos cuatro años, la eliminación de beneficios sociales tales como seguros médicos y pagas por nacimiento de hijos y una reducción de jornada en torno al 10% de media (30 minutos diarios y las tres tardes mensuales que se trabajan durante cinco meses).

El plan contó con la oposición frontal de los sindicatos y, tras varias reuniones infructuosas, se suspendieron las reuniones hasta que el Banco de España y las autoridades europeas aprobasen el plan de reestructuración presentado por Liberbank. No obstante, una vez recibida la luz verde, la situación sigue en ‘stand by’.

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