Economía

Las nuevas provisiones exigidas por Bruselas costarán a los bancos 10.000 millones, según Fitch

Las nuevas provisiones que los bancos deberán realizar tras la revisión de los créditos reestructurados podrían suponer un debilitamiento aún mayor de los ingresos de las entidades, según ha señalado la agencia de calificación Fitch, que añade que, “en última instancia”, podría afectar al capital y dejar a algunos bancos poco capitalizados “vulnerables” a rebajas de rating.

La agencia espera que la estandarización de la forma en que son clasificados los créditos reestructurados facilite la comparación de la calidad de los activos en los balances de los bancos. El ejercicio es probable que obligue a revisar algunos créditos actualmente clasificados como “normal” o “subestándar” según Fitch, lo que a su vez conllevará un aumento de las provisiones.

Los préstamos reestructurados calificados por Fitch alcanzaban al cierre de 2012 los 190.000 millones de euros. De ellos, un 43% está clasificado como “normal”, un 21% como “subestándar” y un 36% ya como “dudoso”. Según señala la agencia, aunque es difícil estimar la cuantía de provisiones adicionales que serán necesarias tras la reclasificación, ya que los tratamientos de los bancos han sido “heterogéneos”, el agujero potencial podría ascender a 10.000 millones de euros.

A finales del pasado mes de abril, el Banco de España comunicó a las entidades una nueva normativa en la que se estipulaban los criterios a la hora de refinanciar, renovar, renegociar o reestructurar créditos y deudas de sus clientes, ante las sospechas de Bruselas de que las entidades estaban ocultando sus cifras de morosidad.

La norma persigue que la banca utilice las refinanciaciones de forma prudente y “sin desvirtuar el reconocimiento del deterioro” que suponen ante el riesgo de impago. De este modo, las operaciones de reestructuración deben ser clasificadas por las entidades en sus estados financieros como riesgo subestándar, a no ser que se den condiciones que justifiquen su clasificación en como normal o dudoso.

Para que una operación sea considerada con riesgo “normal”, la entidad de crédito debe disponer de “evidencia objetiva y verificable que haga totalmente probable la recuperación de todos los importes debidos”, y deberá realizar un programa de revisión semestral e individualizado.

Tendrán la condición de créditos dudosos las operaciones en las que haya una “acusada debilidad en la capacidad del pago del prestatario”, teniendo en cuenta factores como la existencia de garantías eficaces, otorgamiento de carencias o refinanciaciones previas.

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