El Banco Sabadell ha explicado esta semana cómo le ha ido en los primeros seis meses del año. Y el balance no es negativo en absoluto. Algo similar ha ocurrido con Caixabank. Ambas entidades han absorbido en los últimos meses varias cajas tóxicas gracias a las ayudas del Estado.
El beneficio declarado a 30 de junio del Sabadell se ha colocado en los 123 millones de euros. Esto supone una subida del 37% en comparación con el mismo resultado del año anterior y, por añadidura, es la primera vez en veinte trimestres que los beneficios del banco suben. Todo ello, tras hacerse con la CAM, que estaría aportando sinergias importantes. Las previstas para el conjunto del año suman un total de 217 millones de euros.
Caixabank, por su parte, ha reportado un beneficio en los primeros seis meses del año de 408 millones de euros; es decir, un 146% más por la integración contable de Banca Cívica (desde el 1 de julio de 2012) y Banco de Valencia (1 de enero de 2013). En esta ecuación, no obstante, también habrían pesado los ingresos del negocio bancario y las participadas, la reducción del gasto ordinario (-6,3%) y pese a haber destinado 5.383 millones a dotaciones.
Esta entidad catalana tiene actualmente un ‘core capital’ del 11,6% y una liquidez de 64.604 millones, un 18,4% del total de los activos del grupo, mientras que la morosidad es del 9,75% y la ratio de cobertura en el 75%; con la nueva clasificación de las operaciones refinanciadas, la morosidad alcanza el 11,17% y la cobertura el 66% (un 146% si se incluye la garantía hipotecaria).
Los ingresos de CaixaBank han alcanzado los 3.629 millones de euros de margen bruto, un 6,3% más respecto el mismo periodo del año anterior, y el margen de intereses asciende a 1.959 millones, un 9,7% más, mientras que el margen de explotación ha caído un 57,3% hasta 789 millones, tras unos costes extraordinarios de 821 millones de euros derivados «en su práctica totalidad» del ajuste de la plantilla de la entidad.
