Cajas de Ahorros

El embrollo de las cuotas participativas ‘bloquea’ el nacimiento de la Fundación CAM

La CAM arrastra problemas para pagar a algunos de sus proveedores desde el pasado mes de agosto debido a problemas burocráticos a pesar de contar con fondos suficientes. El nacimiento de la futura Fundación CAM, heredera de la Caja de Ahorros del Mediterráneo, se está haciendo esperar más de lo aconsejable y causa ya algunos problemas burocráticos, en parte por la difícil búsqueda de una solución para las polémicas cuotas participativas, en las que quedaron atrapados

La CAM arrastra problemas para pagar a algunos de sus proveedores desde el pasado mes de agosto, según publica DiarioInformacion.com, debido a problemas burocráticos y a pesar de que dispone de unos 75 millones de euros entre depósitos y cuentas corrientes.

El motivo, según señala este diario, es la dimisión en agosto de uno de los dos apoderados que nombró el FROB, y que ha provocado que no se hayan podido abonar varias facturas desde esa fecha ya que la actual situación de provisionalidad en que se encuentra la institución, gobernada en estos momentos por una gestora sin capacidad administrativa, ha impedido nombrar hasta la fecha a un sustituto.

Los problemas de pago no afectan, eso sí, ni a las nóminas ni a las facturas ordinarias de la luz o el agua. La gestora se creó el pasado mes de mayo para redactar los estatutos de la nueva fundación que debe asumir la Obra Social, pero el proceso se está alargando en parte porque también debe amortizar las polémicas cuotas participativas emitidas por la entidad alicantina hace cinco años.

De hecho, no sólo ha retrasado la creación de la fundación, sino que la propia gestora se ha visto afectada. Así, la Generalitat valenciana se vio obligada a cubrir la vacante del empresario José Luis Montes Tallón, que abandonó la comisión gestora, al no ver una solución al problema de estos títulos.

El 23 de julio de 2008 la CAM sacó al mercado sus cuotas participativas. En total, colocó 50 millones de títulos a un precio de 5,84 euros. Lehman Brothers, que quebró sólo dos meses después, fue el banco colocador de la emisión. Un 65,5% de las cuotas (32,7 millones) se colocaron entre minoritarios, que tenían que realizar una inversión mínima de 3.000 euros. La CAM colocó otro 31% de los títulos (15,5 millones), entre inversores cualificados. 1,75 millones de cuotas se destinaron a empleados de la entidad. Se calcula que puede haber unos 50.000 pequeños ahorradores atrapados en estos títulos.

La situación de incertidumbre que vive la CAM contrasta con el nacimiento, el pasado mes de noviembre, de la Fundación Bancaja, después de que su comisión gestora aprobase por unanimidad los nuevos estatutos, a pesar de que hubo que superar no pocos obstáculos como el amago de escisión de la Fundación caja Castellón.

El nuevo patronato, presidido por Rafael Alcón, asume el gobierno de una fundación que cuenta con unos activos totales cercanos a los 200 millones de euros, de los que casi 100 millones corresponden a activos financieros bajo gestión, junto a los activos inmobiliarios, el patrimonio artístico y los préstamos del Monte de Piedad.

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