ATA atribuye la baja acogida de los autónomos a esta medida al desconocimiento de los requisitos y plazos y las presiones de las grandes empresas. Se anunció como la gran medida económica del Gobierno para facilitar a los autónomos y las pymes el mantenimiento de una cierta cantidad de liquidez y consistía en algo tan sencillo como aplicar el ‘IVA de caja’, es decir no ingresar el impuesto en el caso de las facturas no cobradas. Sin embargo, la medida está a punto de convertirse en un nuevo fiasco.
Según los cálculos del presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, como mucho solo uno de cada diez autónomos se acogerán al régimen del IVA de caja por dos motivos fundamentales. El primero porque la “inmensa mayoría” de ellos no sabe que tiene que apuntarse antes del 31 de diciembre –Hacienda no ha hecho una campaña informativa para explicar los requisitos y plazos- y el segundo por las presiones que están ejerciendo las grandes empresas.
Amor, que ha presentado hoy un estudio en el que se analiza la situación de los autónomos en 2013 y sus perspectivas para 2014, ha pedido al Gobierno que amplíe el plazo hasta el 31 de marzo, ya que si no solo se acogerán algunos trabajadores por cuenta propia que trabajan para la Administración.
Desde hace semanas las grandes empresas han explicado a sus ‘proveedores’ que no conseguirán nuevos contratos con ellos si se apuntan al nuevo sistema. El motivo es que si los proveedores aplican el IVA de caja, las compañías no pueden deducírselo en Hacienda, lo que no les conviene. Según afirmó Lorenzo Amor a finales de noviembre, estas presiones no son generalizadas y se estarían dando sobre todo en los sectores de la Construcción y el Transporte.
