Volcán Ijen, turismo tóxico

En ocasiones el turismo se convierte en una especie de reallity show en el que turistas de países ricos visitan países pobres para ver de primera mano las míseras condiciones de vida en las que están obligados a vivir los habitantes de estos países.

Uno de los máximos exponentes de este tipo de turismo se encuentra en el volcán Kawah Ijen de Indonesia, al este de Java. Aquí se encuentra una de las pocas minas de azufre explotadas a mano del mundo.

Haciendo una excursión se puede recorrer el mismo trayecto que hacen los porteadores de azufre, estas personas se juegan la salud por un salario de miseria. El recorrido dura entre 1 y 4 horas, algunos con un pañuelo húmedo para protegerse de los vapores tóxicos, otros sin nada. Cargados con unos 70 o 100 kilogramos del elemento químico a la espalda hacen este duro trayecto 3 o 4 veces al día.

Las secuelas que padecen estos trabajadores van desde enfermedades respiratorias o deformar su espalda. Impresiona verlos bromear y con una alegría que causa extrañeza pese a las condiciones en las que trabajan.

Estar allí es agobiante, no se puede aguantar mucho tiempo. Cuando viene una racha de viento cargada de vapores el ambiente es infernal, ataviado con una mascarilla desechable te lloran los ojos, toses y te preguntas cómo pueden trabajar ahí todos los días a costa de su salud.

Todo este circo montado alrededor de uno de los trabajos mas extremos del mundo produce un impacto extraño. Tú continúas tus vacaciones, ellos se quedan allí.