Internacional

Los problemas de la banca mediana de EEUU allanan el camino de las entidades españolas

Los crecientes problemas que atraviesa la banca regional estadounidense con la crisis financiera abren la puerta a nuevas adquisiciones en el país por parte de entidades españolas, que buscan “oportunidades” para poder crecer en este mercado. Según las cifras del Fondo de Garantía de depósito estadounidense (FDIC por sus siglas en inglés), sólo durante el tercer trimestre quebraron 50 bancos, el mayor número de quiebras desde finales de 1992. En todo el año, la lista de entidades malogradas asciende a 124.

Los problemas se circunscriben sobre todo al Sunbelt, (región que se extiende desde la costa atlántica del Sureste hasta la costa pacífica del Suroeste), la zona de principal actuación de los bancos españoles. Es el caso del Popular, una de las entidades interesadas en incrementar su presencia en EEUU, como ya adelantó EL BOLETÍN. Fuentes de la entidad han reconocido que este interés perdura, pero que aún no hay ningún proyecto en firme sobre la mesa. La entidad presidida por Ángel Ron entró en el mercado estadounidense en 2007, con la adquisición del TotalBank de Florida. El precio de esta operación ascendió a 300 millones de dólares (218,11 millones de euros según el tipo de cambio de entonces). Banco Sabadell es otra entidad que busca oportunidades en EEUU. Según reconoció el pasado mes de noviembre su presidente, José Oliu, “probablemente” la entidad catalana comprará otro banco en EEUU. Desde 2007, el Sabadell ha adquirido ya dos bancos afincados en Florida. Sabadell y Popular podrían seguir los pasos de BBVA, que en agosto compraba a la FDIC 12.000 millones en activos y asumía 11.500 en depósitos de la malograda entidad texana Guaranty Bank.

Al mismo tiempo que las autoridades salieron al rescate de los principales bancos del país, tales como Citigroup o Bank of America, ante el temor de que sus quiebras tuviesen un efecto sistémico (too big to fail), las bancarrotas de los bancos regionales de tamaño mediano se suceden sin intervención pública, y el número podría aumentar. El FDIC tiene actualmente a 552 entidades estadounidenses en su lista de “Bancos en Problemas”.

Entre todas, suman unos activos actualmente de 345.000 millones de dólares. Ambas cifras son las más altas desde 1993. El número de quiebras ya ha hecho que el fondo pase a números rojos, y su presidenta haya requerido unos pagos adicionales de las entidades inscritas en el FDIC. Sheila Bair ha adelantado además que hasta el próximo año el número de quiebras bancarias no tocará techo. “Obviamente tendremos muchos bancos que cerrarán este año y el próximo”, reconoció recientemente.

Esta situación ya ha provocado que tanto la Reserva Federal como el propio FDIC comiencen a recibir presiones por parte de diversos grupos del Senado para que relajen la supervisión sobre estas entidades y fluya de nuevo el crédito.

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