Internacional

El impuesto de Obama en Europa costaría a los bancos un 11% de sus ingresos

La creación en Europa y en los países del G-20 de un impuesto a la banca similar al impulsado por Obama en EEUU tendría un coste de media para los grandes bancos europeos que representaría alrededor de un 11% de sus ingresos ordinarios durante la próxima década.

Según un informe de Nomura al que ha tenido acceso EL BOLETÍN, Royal Bank of Scotland, controlado en un 84% por el Estado británico, será el mayor damnificado si esta medida se extiende fuera de EEUU. Estos expertos consideran que el coste podría representa un 18% de los ingresos ordinarios del banco en la próxima década, por encima del 17% que le supondría a Crédit Agricole y a Deutsche Bank. Según este informe, el impacto para Banco Santander y BBVA será mucho más limitado, de un 4% y un 3% de los ingresos respectivamente.

Fuentes del sector financiero español han recordado a este diario que “afectaría menos que en otros países porque en España a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) hay una gran parte de los depósitos cubiertos y garantizados”. “La banca española es prácticamente la única que dota permanentemente y de forma metódica su FGD, que es un fondo exante, esto es, se financia antes de que ocurra una crisis”. Jon Peace, analista de Nomura, considera que este impuesto no sólo actuaría en perjuicio de los bancos, sino que afectará a la propia recuperación económica, ya que encarecerá la financiación mayorista de las entidades, lo que repercutirá en la concesión de créditos.

El Ecofín acordó en su reunión de ayer estudiar una propuesta de Suecia para aplicar a la banca europea una tasa similar a la que la semana pasada propuso el presidente Obama para las instituciones financieras estadounidenses. La propuesta de este impuesto fue presentada por Anders Borg, ministro de Finanzas de Suecia, mediante una carta dirigida a Elena Salgado y a los demás ministros de Economía. Según Borg, “una tasa pagada por las instituciones financieras ayudaría en los esfuerzos de consolidación presupuestaria, y permitiría reforzar la legitimidad de nuestras medidas para el sector financiero en la opinión pública”.

Según considera Borg, esta medida “será probablemente más eficiente que la tasa sobre transacciones financieras”, conocida como tasa Tobin. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, se ha mostrado favorable al señalar que “al menos daría la esperanza de decidir medidas comunes en la próxima cumbre del G-20”. Obama anunció la creación la semana pasada de la “tasa de responsabilidad en la crisis financiera”, mediante el cual se gravará un 0,15% sobre los pasivos no asegurados de las entidades.

En este clima de castigo a la banca, la canciller alemana, Angela Merkel, ha reclamado al G-20, que celebrará su próxima cumbre en Canadá en el mes de junio, el desarrollo de una serie de reglas que eviten que los bancos puedan llegar a ser demasiado grandes como para forzar a los gobiernos a acudir en su rescate. “Se trata de encontrar regulaciones y vías para evitar que los bancos sean tan complejos que puedan obligarnos a su rescate”, ha señalado.

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