El Ejecutivo heleno ha decidido lanzar hoy la emisión de bonos a diez años planeada para la semana pasada, y que retrasó el Ejecutivo heleno buscando el momento oportuno. Todo parece indicar que la decisión fue acertada, pues al cierre de esta edición, la demanda triplicaba la oferta. La cantidad que pretendía recaudar Grecia con esta emisión, calificada de “decisiva” por los expertos del sector, era de entre 3.000 millones de euros y 5.000 millones.
No obstante, al cierre de esta edición la demanda triplica estas cifras, calculándose en 14.500 millones de euros. Según los expertos consultados por EL BOLETÍN, “la emisión ha interesado a mucha gente, así que no será muy complicado colocar los bonos”. “De momento no lo está haciendo mal, y todo indica que será un éxito, pero habrá que esperar a las cifras oficiales”, afirmaba esta fuente, desde Atenas, haciendo gala de un optimismo cauteloso.
Esta emisión cobra especial relevancia teniendo en cuenta los problemas que atraviesan las finanzas griegas, ya que algunos rumores llegaron a insinuar que el país podía entrar en quiebra. El éxito de la operación, por tanto, demuestra que los inversores confían en la solvencia del Ejecutivo griego, además de otorgar liquidez al Estado.
La rentabilidad con la que se ha colocado el bono a 10 años heleno aún se desconocía al cierre de esta edición. No obstante, los últimos datos confirmaban una emisión a 285 puntos básicos de diferencial con el `bund´ alemán. Es decir, a 25 puntos básicos por debajo de la rentabilidad del bono griego en los mercados secundarios (6,47%). Las entidades colocadoras de deuda han sido, además del Banco Nacional de Grecia, Barclays Capital, HSBC Holdings, Nomura y Piraeus Bank SA.
Esta emisión complementa las medidas de austeridad anunciadas ayer por el Gobierno de Papandreou, que informó de un aumento del IVA -hasta situarse en el 21%- y de un recorte del 30% en los sueldos de los funcionarios. El objetivo de Grecia es reducir su déficit público, situado en el 12,7% de su PIB, a toda costa para poder obtener así la ayuda de la eurozona. La Unión Europea (UE) sitúa el límite del déficit público de un país miembro en el 3% de su PIB. En cualquier caso, estas medidas supondrán una mayor crispación social. Sin embargo, siguen las movilizaciones de los sindicatos.
Aunque Papandreou, hasta el momento, haya tomado en las últimas semanas decisiones correctas, desde Alemania persisten los ataques hacia Grecia. Hoy, la prensa alemana publica la opinión de dos parlamentarios de la coalición de la canciller Angela Merkel, que afirman que Papandreou debería vender algunas de sus islas y desprenderse de la participación en otras empresas.
