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Lehman utilizó artimañas contables para enmascarar su quiebra

Un informe encargado por la justicia estadounidense ha revelado que Lehman Brothers recurrió a un “ardid contable” para enmascarar su quiebra. La investigación revela también que JP Morgan y Citigroup contribuyeron a precipitar su colapso en septiembre de 2008.

Así lo afirma el estudio hecho público, de 2.200 páginas, elaborado por el bufete de abogados de Jenner & Block y requerido por los tribunales de Nueva York que investigan la quiebra del banco de inversión. El equipo auditor del estudio estuvo dirigido por Anton Valukas y expone en el informe las conclusiones de más de un año de investigación para tratar de identificar a los presuntos responsables de la quiebra de la entidad estadounidense.

De este modo, se deja la puerta abierta a posibles demandas contra el ex jefe ejecutivo de Lehman, Dick Fuld, y los directores financieros Chris O’Meara, Erin Callan e Ian Lowitt -actual directivo del británico Barclays Plc- por supuesta negligencia o incumplimiento de los deberes fiduciarios aunque no hay indicios de que hayan violado explícitamente sus obligaciones.

El abogado de Lowitt, Lewis Liman, informó a la agencia Bloomberg que su cliente había actuado, “durante los tres meses que mantuvo el cargo, de forma eficiente”. “Cualquier acusación es infundada”, añadió. Asimismo, tampoco han encontrado pruebas que puedan demostrar las acusaciones de “negligencia” y “mala práctica profesional” contra la empresa auditora, Ernst & Young. La consultora afirma en un comunicado: “Nuestra opinión indicaba que las cuentas de Lehman para ese año cumplían con los Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados (GAAP por sus siglas en inglés), y así seguimos creyéndolo”.

Sobre las actuaciones irregulares, el esperado informe incluye una acusación sobre un determinado truco financiero conocido como Repo 105, empleado con la finalidad de manipular los libros de contabilidad, lo que a su vez aceleró la entrada en bancarrota del banco de inversión.

En concreto, los auditores externos aseguran que entre 2001 y 2008 y sin conocimiento de los supervisores y los propios inversores, esta manipulación dio la apariencia de que estaba reduciendo su apalancamiento -el efecto en la rentabilidad de la empresa de su deuda financiera-, cuando la realidad era distinta. Estas maniobras permitieron a la entidad, sólo en 2008, obviar unos 50.000 millones de dólares de su pasivo, según el documento.

La transacción se diseñó también para conservar las valoraciones favorables de las agencias de rating, entre ellas Moody’s, cuyo principal accionista es Warren Buffet. De hecho, en el momento de su quiebra, el banco de inversión conservaba la ‘triple A’, la máxima calificación crediticia.

El informe sugiere que se podrían emprender acciones legales contra JP Morgan y Citigroup para reclamar 16.000 millones de dólares que estas entidades tomaron de las arcas de Lehman en concepto de garantía en un momento en que el banco de inversión intentaba mantenerse a flote.

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