Internacional

La banca mundial se rebela contra la nueva regulación del sector financiero

La nueva regulación bancaria que se prepara, que pondrá énfasis en capital y liquidez, ha puesto en pie de guerra a la banca de ambos lados del Atlántico, que ha advertido que un exceso de regulación tendrá un fuerte impacto, no sólo en su negocio, sino en el conjunto de la economía.

Según publica la agencia Bloomberg, la semana pasada ejecutivos de JP Morgan Chase y Wells Fargo, entre otros, se reunieron en privado con los reguladores de la Reserva Federal para explicarles que unas normas más estrictas de capital y liquidez está basada en supuesto erróneos y tendrá graves consecuencias para la economía. Las quejas de los bancos estadounidenses se orquestan dentro de una campaña mundial que apunta directamente al Comité de Basilea, al que el G-20 pidió el pasado mes de abril realizar una nueva regulación sobre cuánto capital y liquidez deben tener las entidades, tras la peor crisis en 70 años. Lo que se ha filtrado de estas nuevas reglas podría tener un impacto de 20.000 millones en los ingresos de los 13 mayores bancos del mundo.

No es un fenómeno exclusivo de EEUU, sino que en Europa entidades como el HSBC o el Deutsche Bank también están haciendo lobby para que se suavice la nueva normativa, o al menos se dé más tiempo para implementarla. Fuentes del sector financiero europeo, se han preguntado, en declaraciones a EL BOLETÍN si las autoridades se han hecho la pregunta equivocada. “El riesgo de las entidades nunca ha sido estático” y las nuevas normas sólo servirán para encorsetar en exceso al sector. Por ello, “piden mirar hacia el futuro antes que volver a guerras del pasado”.

Los bancos tienen de plazo hasta hoy mismo para presentar sus observaciones a la Comisión, que depende el Banco Internacional de Pagos (BIS), y hasta finales de mes para señalar a sus respectivos reguladores el coste de estas propuestas. El Comité de Basilea, integrado por los supervisores bancarios y los bancos centrales de 27 países, realizará un borrador a finales de año y la nueva regulación entraría en vigor en 2012.

Aunque hay casi unanimidad en la necesidad de reforzar las bases de capital, los requisitos de liquidez sí están en el centro del debate. Josef Ackermann, presidente de Deutsche Bank y también del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), una suerte de lobby que reúne a los grandes bancos mundiales, señaló en una conferencia el pasado 17 de marzo su “apoyo pleno al objetivo de fortalecer la base de capital del sistema financiero”. Sin embargo, “el ratio de apalancamiento tiene graves deficiencias conceptuales” a su juicio.

Las entidades españolas no son ajenas al debate. Tal y como señaló esta misma semana el director general de La Caixa, Juan María Nin, sólo en España, el impacto de las nuevas normas alcanzará 48.000 millones de euros adicionales en capital, y otros 300.000 millones en liquidez. Estas abultadas cifras pueden suponer un retraso en la salida de la crisis y una nueva contracción del crédito a familias y empresas.

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