Internacional

Grecia inicia la negociación para acceder a las ayudas de la UE y el FMI

La rentabilidad de los bonos griegos a 10 años tocó hoy el 8%, la mayor cifra de los últimos doce años. Además, los CDS (seguros de riesgo contra el impago de la deuda) se situaron en los 476.2 puntos básicos. Estos datos coinciden con la reunión que comienza hoy, con tres días de retraso, entre las autoridades económicas helenas y los emisarios del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea (UE).

El mercado no ha dado tregua alguna a Grecia. Coincidiendo con la visita de los emisarios de la UE y del FMI para tratar los detalles técnicos de los 45.000 millones de euros en ayudas destinadas a reducir el déficit fiscal de Grecia, el diferencial del bono a diez años griego se situaba esta mañana a 473 puntos básicos del alemán. Teniendo en cuenta que la segunda economía más castigada de la UE, Portugal, mantenía hoy un diferencial de 172.8 puntos básicos con el papel germano, se puede deducir que las reuniones que se mantendrán a lo largo de los próximos días no han tranquilizado, de momento, a los inversores interesados en las finanzas de la península balcánica. Mientras que el bono a diez años heleno rebasaba la barrera psicológica del 8% de rentabilidad -en las últimas semanas ésta ha rondado en torno al 7,5%-, el ‘bund’ germano logró situarse por debajo del 3,1% de rendimiento, en concreto a un 3,077%.

Sin embargo, el entramado financiero internacional no es el único que ha mostrado su falta de confianza ante el futuro inmediato de la economía griega. Tampoco en el interior del país la situación es menos halagüeña. Cientos de trabajadores y federaciones sindicales están llamados hoy a secundar una nueva oleada de huelgas en una jornada de protesta contra los recortes aprobados por el Gobierno. Unos recortes que, precisamente, impuso la UE para otorgar la ayuda que hoy se empezará a debatir en Grecia.

De este modo, el primer ministro griego, Yorgos Papandreou, se encuentra atrapado entre dos frentes que empujan en la misma dirección desde diferentes ángulos: hacia el propio Ejecutivo, y la posibilidad de aspirar a una tranquilidad a largo plazo es improbable, aunque hasta el momento las autoridades locales hayan mantenido la postura de no pedir oficialmente ninguna ayuda. Sin embargo, cada vez son más frecuentes las fuentes anónimas relacionadas con el Gobierno de Grecia que, citadas por agencias como Dow Jones, Bloomberg o el prestigioso rotativo The Wall Street Journal, afirman la necesidad de una ayuda inminente. “La cuestión no es si se necesita o no la ayuda, sino de cuándo se va a tener que otorgar, pues salvo que ocurra un milagro, ésta será una realidad”, dijo esta mañana una de estas fuentes, citadas por Dow Jones.

A pesar de este panorama, esta semana Grecia colocó 1.950 millones de euros en bonos a tres meses con una rentabilidad menor de la esperada por los expertos: 3,65%.

A pesar de la aparente confianza que despierta la deuda portuguesa si se la compara con la griega, la realidad del país luso tampoco es fácil de encarar. Señalado como la siguiente víctima de los problemas que han llevado a Grecia al borde de la quiebra, los mercados vigilan de cerca las finanzas del país ibérico. Y aunque advertido por Bruselas, el Ministerio de Economía portugués renunció a imponer más medidas de las ya anunciadas para recortar el gasto público, confiando en las perspectivas de crecimiento del país elaboradas por la propia administración lusa. En cualquier caso, si bien el diferencial que mantiene con Grecia es abismal, no es menos cierto que su rentabilidad en la deuda a diez años supera 4,8%, muy por encima de la experimentada por el bono español (3,8%) y el italiano (3,8%), que también fueron, hace unas semanas, víctimas de estrategias especulativas y comparaciones directas con Grecia.

La economía española, y en particular su deuda pública, pueden tomarse como un ejemplo de superación. El pasado mes de enero la rentabilidad de su bono con vencimiento a diez años coqueteaba abiertamente por encima del 4%, llegando incluso a situarse en el 4,2%, mientras que desde hace varias semanas su rendimiento se sitúa en torno al 3,8%, en ocasiones por debajo de la del bono estadounidense.

El Tesoro español logró, a pesar de los ataques de los fondos de riesgo y de algunos bancos -como Goldman Sachs o el Deutsche Bank- de los que ya informó EL BOLETÍN, aumentar la confianza del inversor y rebajar así su rendimiento.

Las autoridades alemanas habían previsto una emisión de bonos con vencimiento a 30 años hoy, con la intención de recaudar 3.000 millones de euros. La demanda, sin embargo, fue menor de la esperada y el dinero recaudado, por tanto, fue menos del previsto. En total se recaudaron 2.458 millones de euros a una rentabilidad de 3,83%. Los expertos afirman que la participación protagonista de Alemania en los planes de ayuda a Grecia ha sido un factor determinante para explicar el fracaso. Los expertos afirmaron que el riesgo de inflación no afectó al inversor.

El presidente del Bundesbank y miembro de la Comisión del Banco Central Europeo (BCE) ha negado esta mañana que ayer afirmase que Grecia requería como mínimo 80.000 millones de euros en ayudas. La información, publicada ayer por The Wall Street Journal, que citó a una fuente anónima que aparentemente conocía lo que se dijo en una reunión que mantuvo Weber con 12 legisladores alemanes, queda por tanto desmentida por Weber. Según el banquero, él se limitó a reproducir lo que habían comentado algunos analistas. Poco después de que Weber, supuestamente, alegase que las finanzas griegas necesitarían una cantidad que doblaría la ofrecida por la UE y el FMI (45.000 millones de euros), el Tesoro heleno logró colocar casi 2.000 millones de euros en bonos a tres meses.

Más información