Los especuladores internacionales van a tener, por ahora, pocas posibilidades de ampliar sus actuales bandas de arbitraje entre divisas por el diferencial de tipos de interés. Al menos, esta es una de las primeras lecturas realizadas por los analistas, tras la conferencia de prensa concedida hoy en Londres por el presidente del Banco de Inglaterra (BoE), Mervyn King, en la que dejó claro que los tipos de interés permanecerán en el 0,5% durante un tiempo.
En concreto, todo el que haga falta para conseguir que la economía británica se recupere. Pero, de momento, el responsable de la autoridad monetaria no parece haber detectado señales de fortalecimiento. Por eso, tampoco se plantea la posibilidad corto plazo de iniciar una retirada paulatina de los planes de estímulo, aunque admitió que un posible repunte de la inflación perjudicaría la estabilidad económica, no es esa su prioridad en este momento.
Esa estabilidad, y el repunte del euro dibujan, según algunos operadoras un arbitraje reducido en los cambios entre la libra y la moneda única, lo que vuelve a traer al primer plano del interés la evolución de las cotizaciones entre la divisa británica y el dólar estadounidense, donde con tipos de interés fijos, el momento aportado por los distintos indicadores macroeconómicos que aparecen puede aportar muchas ganancias en operaciones rápidas.
Justo lo que la mayoría de los operadores buscan en un entorno como el actual, en el que los tipos de interés de referencia se van a mantener bajos durante un tiempo.
Ahora el cambio se sitúa en 1,5603 dólares por libra esterlina. Una circunstancia para los ‘chartistas’ avala un recorrido alcista hasta 1,5641, donde estaría la próxima resistencia, mientras que a la baja, el soporte más cercano se hallaría en un cambio de 1,5601 dólares por libra.
Sin embargo, también puede haber alguna ganancia de este tipo en el cada vez menos emocionante mercado de cruces entre el billete verde y la moneda única. Entre las cotizaciones euro-dólar 1,3079 y 1,3025 parece establecerse la evolución a corto plazo del negocio de los especuladores en los mercados de divisas que, en función de estas previsiones, parecen dar por hecho dos cuestiones para el próximo mes.
Primero que la moneda única consolidará un cambio por encima de 1,30 sobre el billete verde y, luego, que sólo después de agosto, cuando se inicie el camino hacia el último trimestre del año, podría iniciarse un nuevo movimiento a la baja de la divisa del Banco Central Europeo, una vez que la economía alemana confirme su capacidad de mantener el crecimiento sin la ayuda de un tipo de cambio bajo.
La paradoja que plantea esta situación es uno de esos escenarios abonados para el repunte de la especulación y puede volver a remover las ahora aparentemente tranquilas aguas de los mercados de deuda soberana de los países del Sur de Europa, como España o Italia.
