Internacional

Inquietudes…

El fuerte crecimiento de la economía alemana durante el segundo trimestre podría convertirse en un espejismo. La recuperación del euro amenaza a las exportaciones de la primera potencia europea, el motor de su recuperación. Hoy, la divisa europea se cambiaba en los 1,33 dólares, su registro más alto en los últimos cinco meses, tras haberse revalorizado un 11,7% desde los mínimos de junio.

El mensaje emitido ayer por la Reserva Federal en el que subrayó que está preparada para añadir más liquidez al sistema para apoyar la recuperación ha provocado fuertes ventas del dólar y compras de euros. La dependencia de Alemania al exterior puede ser la clave de su éxito, pero también es su talón de Aquiles. La economía germana sacó músculo en el segundo trimestre con un crecimiento del 3,7% en tasa interanual, pero esta fuerza corre el peligro de desinflarse por la nueva fortaleza del euro.

Alemania depende como pocos países de la coyuntura internacional, que se encuentra en las arenas movedizas porque el panorama general está dominado por la incertidumbre: ¿Ha comenzado la recuperación o se asoma una nueva recesión?, ¿estamos en vísperas de una crisis de inflación o de deflación? Preguntas como estas siguen sin tener una respuesta clara y convierten el celebrado éxito alemán en una frágil construcción de barro.

De hecho, la explosión del segundo trimestre ya ha comenzado a enfriarse. Las exportaciones cayeron un 1,5% en julio respecto al mes anterior. La producción industrial sólo avanzó un 0,1%. En junio había caído un 0,6%, tras crecer un 2,9% en mayo. El estancamiento de la demanda en Asia y la austeridad presupuestaria de numerosos países europeos (Alemania destina a Europa el 40% de sus exportaciones) pesarán sobre el crecimiento, según han advertido diversas casas de análisis. El propio Ministerio de Economía espera “una marcha más lenta”.

El presidente de la federación de exportadores BGA, Anton Börner, ha recomendado prudencia. “Aunque nos encontramos en mejor posición que nuestros vecinos, sólo somos prudentemente optimistas para el cuarto trimestre y para el año que viene”, dijo, basándose en la debilidad de las finanzas públicas de algunos países de la zona euro, principal socio comercial de Alemania. En julio, las exportaciones aumentaron un 18,7% respecto al mismo mes de 2009 y representaron un total de 83.000 millones de euros. Frente al mes anterior, cayeron un 1,5%, un dato que podría significar un punto de inflexión en el comercio del país.

Con todo, la mayoría de los economistas apuestan por un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3% o de incluso más para este año, lo que colocará a Alemania en la cabeza de la recuperación en Europa.

La industria del automóvil en Alemania exporta a países como China y EEUU en torno al 40% de su producción y mayor es aún la cuota del sector farmacéutico o de la electrónica, cuyas ventas al extranjero suponen el 60% de sus ingresos. La apreciación del euro encarecerá estos productos y se dejará notar en la demanda, aseguran los expertos.

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